Éxodo 17,3-7; Salmo 94; Romanos 5,1-2.5-8; Juan 4,5-42
19 de marzo de 2017
Transmisión de
la fe. Si es cierto que nacemos sin nada, en absoluto, descubrimos muchas
herramientas y valores en nuestra vida. Los primeros transmisores son nuestros
padres o tutores, los que nos cuidan y guían por el paso de nuestras vidas.
Algo fundamental y vital en la vida el ser humano es la fe, si es cierto que
hay personas que les gusta vivir si ella, la fe no deja de ser importante e
imprescindible para la gran mayoría de los seres humanos. Por eso todos tenemos
que vivir la fe con intensidad, para poder contagiar y transmitir esta fe: "en
Dios y en sus obras que nos salvan".
En la lectura del libro del Éxodo: el pueblo se amotina contra Moisés y contra Dios en Masá y Meribá, porque cuestionaban el liderazgo de Moisés y la presencia de Dios con ellos ante la falta de comida y agua se decían: “¿Está o no está el Señor en medio de nosotros?”. Dios les responde con un milagro, al pedirle a Moisés, que con su cayado saque agua de las rocas con solo tocarlas. Sin duda Dios siempre está con nosotros, pero nuestra falta fe, nos hace dudar de su presencia, por eso debemos rezar el Salmo 94: Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: “No endurezcáis vuestro corazón”.
P. Chava, SVD |
P. Chava, SVD |
En la lectura del libro del Éxodo: el pueblo se amotina contra Moisés y contra Dios en Masá y Meribá, porque cuestionaban el liderazgo de Moisés y la presencia de Dios con ellos ante la falta de comida y agua se decían: “¿Está o no está el Señor en medio de nosotros?”. Dios les responde con un milagro, al pedirle a Moisés, que con su cayado saque agua de las rocas con solo tocarlas. Sin duda Dios siempre está con nosotros, pero nuestra falta fe, nos hace dudar de su presencia, por eso debemos rezar el Salmo 94: Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: “No endurezcáis vuestro corazón”.
En la carta a los Romanos se afirma que somos salvados y justificados por Jesús; el realce de la salvación es aún mayor, porque Jesús no solo salva a los buenos sino también a los pecadores, en suma a toda la humanidad. Porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado.
En la carta a los Romanos se afirma que somos salvados y justificados por Jesús; el realce de la salvación es aún mayor, porque Jesús no solo salva a los buenos sino también a los pecadores, en suma a toda la humanidad. Porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado.
En el evangelio según san
Juan, estando Jesús sentado en el pozo de Samaria, él tiene un diálogo con una
mujer samaritana sobre el agua de ese pozo y sobre la religión de ambos; a lo
largo del diálogo la mujer cae en la cuenta de que Jesús es el Mesías, y que
Jesús se ofrece así mismo como agua viva, ella incluso le avisa a sus paisanos de
que ha encontrado al Mesías y ellos después de estar un tiempo con Jesús creen
que Jesús es de verdad el Mesías, su nuevo salvador.
La
fe solo se recibe, pero quien la conserva, es el mismo hombre o mujer que da
vida a esa fe. De unos siglos atrás comenzó un movimiento fuerte para remover
la fe de las personas: con la cultura, la sociedad, las leyes, los pensamientos,
los símbolos, los gestos, etc. en muchos países y lugares no se puede vivir
tranquilamente practicando la fe recibida de sus padres, porque son castigados
con persecuciones o excluidos; tratados como gente de segunda o tercera clase,
sin muchos derechos; Por eso Señor ven,
y haz de nuevo tu justicia, entre los hombres y mujeres que quieren recibir la
Buena Nueva; Siembra en la humanidad palabras de vida eterna, que podamos vivir
sin miedo, sin mal en el mundo, que podamos dar esperanza, fe y justicia en
nuestro entorno con todos los hombres y mujeres que nos unen a ti Señor.
P. Chava, SVD: Misionero del Verbo
Divino, Vicario de la Parroquia Nuestra Señora de Altagracia, Diócesis de
Madrid, España.P. Chava, SVD |
P. Chava, SVD |
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