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P. Chava, SVD: La Palabra era la luz verdadera que,
al venir al mundo, ilumina a todo hombre (Juan 1, 9). |
7º domingo del
Tiempo Ordinario, Ciclo A
23 de Febrero de
2014
Levítico 19, 1-2.
17-18; Salmo 102; 1 Corintios 3, 16-23;
Mateo 5, 38-48
El amor es la
fuente de la vida y de la unión entre las personas que se aman, estás son
capaces de amar al prójimo y al mismo tiempo se dejan amar por él, son capaces
de dar todo lo que son y poseen sin condiciones. Las lecturas nos hablan del amor y perdón a la familia y al prójimo sin
condiciones, y así conseguiremos ser más santos y más humanos.
La experiencia de
educar al ser humano es muy didáctica: nos educan y corrigen a cada segundo
que pasa durante los primeros años de vida, luego conforme se va creando
conciencia de uno mismo, cada persona va tomando decisiones que irán
contornando su forma de ser y existir. Todos nacemos sin miedos, prejuicios,
gustos, sensaciones, sentimientos, cultura, etc. Conforme vamos creciendo, vamos moldeando nuestras mentes (ideas,
creencias, decisiones) y nuestros corazones (sentimientos, gustos, deseos).
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P. Chava, SVD |
Levítico, nos
invita a ser santos,
pues tenemos como modelo a nuestro
Señor, Dios que es Santo. Para llegar a ser santo en la vida, tenemos que amar
y perdonar, como por ejemplo no guardar rencor y odio a nuestros parientes y
prójimo. Amar a mí prójimo resume gran parte la ley de Dios, pues quien ama no
daña sino protege; quien ama no destruye sino construye; quien ama no divide
sino une; quien ama corrige con amor; Dios
nos ama y pide que hagamos lo mismo con nuestro prójimo, es decir con todo el
género humano. Hay que tener misericordia imitando a Dios, como nos
recuerda el salmo 102 el Señor es compasivo y misericordioso.
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P. Chava, SVD |
San Pablo, nos
hace recordar la omnipresencia de Dios: El Señor está en todas partes, hasta en
uno mismo, es más Dios habita en nosotros, por tanto consagra nuestras vidas,
Pablo afirma que somos “Templos del Espíritu de Dios”, por tanto tenemos que
amarnos y respetarnos a nosotros mismo pues somos la morada de Dios, en
consecuencia hacer daño al prójimo estamos atentando no solamente a la dignidad
de la persona sino también a Dios. Pablo nos exhorta a que no vivamos
intentando complacer al hombre, pues eso desgata a la persona en cosas vanas y
perdemos el principio de la vida, pues recordemos que Dios es la fuente de todo, por tanto quien confía y sigue a Dios, sabe
que nada será más importante que Él.
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P. Chava, SVD |
Jesús, invita a
sus seguidores, a no ser agresivos con los demás, es decir, ante
la violencia no hay que ser reaccionarios con más violencia, sino hay que ser
personas que generan más paz y amor; Que seamos perfectos como nuestro Padre
Dios es perfecto, que tengamos la capacidad y necesidad de amar sin medida. Jesús
nos pide lo más difícil o casi imposible, amar a nuestros enemigos y rezar por
los que nos persiguen y hacen mal. Que
nuestro amor y caridad se vea reflejada en nuestras obras, en nuestra forma de ser y de vivir con la humanidad, pues
Dios es justo con buenos y malos, “no les priva de la vida”. Recemos juntos:
Dios crea en mí un corazón puro y bondadoso, dame valor para amar sin límites.
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P. Chava, SVD |
P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino
Vicario de la Parroquia Virgen del Alba, Alcorcón,
(Diócesis de Getafe), Madrid,
España.