P. Chava, SVD |
Domingo, 26 de marzo de 2017
Cristo
luz del mundo, tú eres quien viene para salvarnos, para curarnos, para darnos
vida eterna, para llenarnos de luz para que seamos luz como tú eres la luz del
mundo.
En el libro de Samuel, encontramos el relato de la
misión del Señor que pone hacia el profeta Samuel para ungir al nuevo Rey de
Israel, vemos que Dios no se deja llevar por las apariencias y escoge a un niño que es el hijo menor de su
familia y además es pastor; como tal es un niño inocente; es un humilde pastor;
sencillo e ignorante del papel que puede desempeñar un rey; sin embargo el
pueblo de Israel quiere un rey parecido a sus vecinos. Samuel unge al nuevo rey
del pueblo de Israel, pero lo hace, cuando aun tienen un rey en vida: a “Saúl”
esto traerá un conflicto entre los dos. Por eso vemos que Dios se basa en la
vocación de cada persona para hacer del sencillo alguien grande. El rey David
será la impronta del pueblo de Dios, al convertirse en signo y símbolo del
pueblo de Israel. Dios usará la imagen del: “pastor”, para mostrar su
compromiso con el pueblo por decimos el Salmo 22 “El Señor es mi pastor, nada me falta”.
P. Chava, SVD |
En la carta a los Efesios, es importante e
imprescindible comprender el sentido simbólico del mensaje: que los seres
humanos se conviertan en luces, que proviene de la luz de Cristo, pues el Señor
es luz del mundo, nosotros al ser bautizados nos unimos a él, y cuando vivimos
la fe y la ponemos en práctica creamos luz y esa luz se comprueba cuando
nuestras acciones tienen como resultado la
bondad, justicia y verdad. Nos invita a denunciar el pecado las
tinieblas para que todo lo que está mal pueda cambiar, se convierta en luz,
pues Jesús nos purificará, nos invita a levantarnos del sueño, de la muerte
para comenzar a vivir en plenitud. Para que vivamos y transmitamos la luz de
Cristo.
P. Chava, SVD |
En el evangelio según san Juan encontramos la
narración de la curación del hombre siego de nacimiento, él puede ver, pero
gracias Jesús; Nuestro Señor Jesús usa esta metáfora de la vista para hacerse
notar como luz del mundo; Jesús sana al siego usando su propia saliva, para
hacer barro, se lo unta con sus manos en los ojos y luego le pide que vaya a la
piscina de Siloé. El ciego es cuestionado: “no valla ser un falso impostor”, o el mismo Jesús sea “un gran charlatán”;
pero es la falta de fe y el desconocimiento sobre Jesús lo que hace dudar del
milagro, que un siego de nacimiento pueda ver; Incluso señalan a Jesús como un
pecador y por lo mismo no puede hacer milagros; En esta catequesis, descubrimos
que hay que librarnos de prejuicios para que Jesús haga milagros en nosotros.
Señor, ven a mi vida, Señor sácame de la oscuridad,
ilumina mi rosto con tu mirada, dame el valor de dejar atrás al pecado, las
tinieblas, la oscuridad, todo aquello que me lleva a la muerte, y rescátame
para convertirme en seguidor tuyo y poder encender mi ser con tu luz y así dar
luz en este mundo como tú lo haces mi Señor en nuestras vidas.
P. Chava, SVD |
P. Chava, SVD: Misionero del Verbo
Divino, Vicario de la Parroquia Nuestra Señora de Altagracia, Diócesis de
Madrid, España.
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