domingo, 28 de julio de 2019

17º del Enseñanos a orar, Tiempo Ordinario, Ciclo C

17º del Tiempo Ordinario, Ciclo C

Génesis 18,20-32; Salmo 137; Colosenses 2,12-14; Lucas 11,1-13
28 de julio de 2019


P. Chava, SVD
El poder de la oración de intercesión. Nuestras vidas están unidas a todas las vidas de nuestro entorno, formando una red de relaciones infinitas, por eso es importante comprender que cuando rezo no sólo rezo para mí, sino para la humanidad entera. La oración hecha con fe, es eficaz y duradera.



 En el libro del Génesis el patriarca Abrahán está regateando con el Señor la salvación de los pueblos de Sodoma y Gomorra, porque han sido señalados como ciudades de mucha prevención; Abrahán consiguió bajar de 50 a 10 los justos que tendrían que haber en esas ciudades para no ser destruidas por Dios; En la vida nos encontraremos con personas que nos condenaran por nuestras acciones y también personas que pedirán piedad y conversión para nosotros por eso cantaran el Salmo 137 “Cuando te invoqué, Señor, me escuchaste”.


San Pablo en la carta a los Colosenses despierta el interés por ser bautizados en el Señor, pues nos hace tomar conciencia de que somos personas muertas por causa de nuestros pecados, sólo unidos en el Señor podremos salvarnos.



P. Chava, SVD
 En el Evangelio de Lucas, nos narra las lecciones de vida que enseño Jesús a sus discípulos sobre la oración: el Señor nos dice que hay que pedir con confianza a Dios porque Él es nuestro Padre y es más bueno que cualquier padre en el mundo; que debemos ser perseverantes en la fe, como nuestro vecino que narra en la parábola, que nos pide pan para atender a sus vistas que han llegado a esta hora de la noche: cuando todos en nuestra casa estamos ya dormidos; nos asegura Jesús que a pesar de ser inconveniente, "la hora de pedir ayuda", nuestro amigo el vecino, él será atendido por nosotros por su insistencia, es decir, por su fe en que le atenderíamos. 



P. Chava, SVD
Jesús nos enseña a confiar en Dios, nos enseña a amar a Dios como a nuestro padre, comprendemos así que no importa de qué parte del mundo somos, ni en que cultura fuimos formados, todos tenemos algo en común, somos seres humanos, e hijos de un mismo Padre que es Dios. Por eso cuando rezo por la humanidad rezo por mi hermano y mi hermana que Dios me dio; porque Dios oye y actúa en el mundo al escuchar nuestras oraciones de intercesión, más aún si se hacen con fe y perseverancia.



P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino, Vicario de la Parroquia Nuestra Señora de Altagracia, Diócesis de Madrid, España.


domingo, 21 de julio de 2019

Estar con Jesús, 16º del Tiempo Ordinario, Ciclo C


16º del Tiempo Ordinario, Ciclo C
Génesis 18,1-10a; Salmo 14; Colosenses 1,24-28; Lucas 10, 38-42
Domingo, 17 de julio de 2016
P. Chava, SVD.
Permanecer en el amor de Dios, es vital para la vivir, para crecer, para sentir su bendición en la prosperidad y en la soledad, pues con el amor de Dios todo es posible, de pasar de una situación de muerte a una que sea de vida, y vida en plenitud.




En el libro de Génesis es Abrahán que acoge al forastero que pasa frente a su tienda, como lo manda la ley del desierto, pero además intuye que estos tres forasteros son especiales, es más descubre que es Dios en persona quien se ha dignado a pasar cerca de su tienda, después de darles de comer y satisfacer sus necesidades ,  Abrahán le pide al Señor que lo bendiga, y Dios sin mayor dilación le bendice con lo mejor que sabe hacer y es engendrar vida, y le concede tener un hijo en una edad imposible de tener hijos. Dios bendice a Abrahán con un pueblo y sus descendientes lo tendrán en la memoria del colectivo. Por eso el creyente puede confiar en los milagros que hace Dios y cantar el salmo 14: “Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda?”



P. Chava, SVD
En el libro de Colosenses, san Pablo hace teología: pues describe la Iglesia como el cuerpo místico de Cristo, con una jerarquía, Cristo como cabeza y sus ministros son sus elegidos para administrar la gracia de salvación, para proclamar la gloria de Dios que se consigue al conocer a Cristo y al unirse a él por medio de los sacramentos.




En el evangelio Jesús apoya la decisión de María en que ella ha escogido la mejor parte y nadie se la puede quitar, es decir, permanecer al lado de Dios, del Cristo, de Jesús. En un mundo don nos exigen mucho para pensar, hacer, crear, etc. Debemos también tener tiempo para descansar y llenarnos de Dios, como lo hizo María.




P. Chava, SVD
Quien escoge estar unido a Dios por medio de los sacramentos, la oración, la liturgia, la meditación, la vida diaria, se fortalece en alma espíritu y corazón, pues deja de tener miedo y se hace fuerte en la adversidad, pues sabe que si Dios está de nuestro lado nada es imposible, Dios obrara milagros en nosotros.



 P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino, Vicario de la Parroquia Nuestra Señora de Altagracia, Diócesis de Madrid, España.



Amar, 15º del Tiempo Ordinario – Ciclo C

15º del Tiempo Ordinario – Ciclo C

Deuteronomio 30,10-14; Salmo 68; Colosenses 1,15-20; Lucas 10,25-37
10 de julio de 2016


P. Chava, SVD
Las normas de la vida existen desde que comprendemos que los criterios de convivencia son tan amplios como personas que existen. Descubrimos que estamos condicionados por nuestras circunstancias, y es ahí que Dios nos exige descubrir que no hay norma por encima del bien común y del amor al prójimo.

En el libro del Deuteronomio se exalta la importancia de la doctrina de la ley como precepto divino. La ley es posible de cumplirla y alcanzarla pues está en el corazón del hombre y su voluntad el cumplirla, para que sea el mismo quien de ejemplo a los demás de los mandatos de Dios. Por eso el pueblo exclamará el salmo 68: “Humildes, buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón”.

P. Chava, SVD
San pablo en la carta a los Colosenses hace una teología, al interpretar el origen del todo: y origen de todo cuanto existe es Dios; Jesús también es Dios y en el procede todo cuanto hay, sin él nada existiría y por tanto todo se le debe a Dios. Jesús es el principio supremo de toda propiedad y poder, al mismo tiempo de autoridad a lo largo de los siglos, en Jesús encontramos la paz por medio de su sangre derramada pues en ella encontramos el perdón y la vida.

En el evangelio se resume los mandamientos de la ley de Dios así: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas y con todo tu ser. Y al prójimo como a ti mismo.”  y el ejemplo de la parábola del buen samaritano se entiende de quien practica la misericordia es quien es prójimo del desamparado.

P. Chava, SVD
Dios nos pide descubrir que hay que construir un mundo basado en Dios y en el hombre, muchos estaremos de acuerdo en ser buenos y hacer el bien. Pero no basta con ser buenos, tiene que tomar un sentido y un porque hacerlo, y es ahí que descubrimos que por amor al prójimo podemos transformar el mundo, pues existirá la misericordia y la entrega por los más débiles.

 P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino, Vicario de la Parroquia Nuestra Señora de Altagracia, Diócesis de Madrid, España.







sábado, 6 de julio de 2019

Enviados por Dios, 14º Tiempo Ordinario, Ciclo C

14º Tiempo Ordinario, Ciclo C
Isaías 66,10-14c; Salmo 65; Gálatas 6,14-18; Lucas 10,1-12.17-20
Domingo, 7 de julio de 2019
P. Chava, SVD
Dios nos envía a construir el Reino de Dios desde la fragilidad del ser humano, porque en este mundo inmenso y maravilloso, hace falta hacer visible la presencia del Reino de Dios; para que se haga visible el amor de Dios, su justicia y su paz entre los hombres.



En el libro de Isaías estamos en el culmen de la historia del Pueblo de Israel, ya término la esclavitud en Babilonia, y Dios con su brazo fuerte los regresa a Jerusalén, pero ahora tienen que comenzar de nuevo, todo está destruido, el Templo, la moral, las tradiciones, en fin tienen que comenzar de nuevo y es ahí donde el profeta Isaías en el nombre de Yavé, les devuelve la esperanza de restauración Jerusalén, con la ayuda de la providencia de Dios, que hará de Israel un pueblo importante para el mundo y lo hará crecer en la abundancia hasta saciarse.

P. Chava, SVD
San Pablo va insistir en la nueva humanidad; el ser humano tiene que incorporarse a Cristo para poder salvarse, porque ya no serán tanto las formas y las tradiciones las que salvan sino la gracia de Dios es lo que de verdad salvará al mismo hombre de sus pecados y de su autodestrucción. Por eso insiste san Pablo en estar unidos a Jesús, porque Él es nuestro salvador.



En el evangelio según san Lucas es Jesús quien envía a 72 de sus discípulos y los manda a predicar en las aldeas y pueblos de alrededor de 2 en 2, para sembrar la palabra de Dios en los corazones de los hombres, anunciando la eminente llega del Reino de Dios, así como otorgar la paz en las casas y curar a los enfermos. Los misioneros son enviados a evangelizar sin nada material, más que con lo mínimo necesario, están dependientes totalmente de la providencia de Dios y a la generosidad de los habitantes de las casas en las que se alojan. Ellos harán milagros en el nombre de Jesús, incluso hasta expulsar demonios; por eso la Gloria de Dios ha llegado a la tierra porque hasta el mismo Satanás caerá ante la presencia de Dios en sus misioneros, porque el bien superará siempre al mal y Dios está por encima del mal.



Dios protege a su pueblo de la maldad que genera el mismo hombre, por eso quiere enviar a seres humanos comprometidos para que hablen y construyan el Reino de Dios; personas entregadas para ayudar en la evangelización; entregadas al servicio del prójimo, para sembrar en los corazones de los hombres la paz, el perdón, la justicia y el amor que vienen de Dios. Jesús es quien nos llama a seguirle, para aprender: “de sus palabras de vida eterna” para luego, vivirlas en nuestra gran comunidad y familia que es la Iglesia y en el mundo que es nuestro hogar.

P. Chava, SVD
 P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino, Vicario de la Parroquia Nuestra Señora de Altagracia, Diócesis de Madrid, España.