martes, 26 de septiembre de 2017

Soy libre para obedecer, 26º del Tiempo Ordinario, Ciclo A

26º del Tiempo Ordinario, Ciclo A
Ezequiel 18,25-28; Salmo 24; Filipenses 2,1-11; Mateo 21,28-32
Domingo, 1 de octubre de 2017

 
P. Chava, SVD

Soy libre para obedecer; Dios dejo al ser humano con el mayor poder del mundo: “tener la capacidad de decidir qué hacer con su vida” y por tanto somos los que decidimos ser, en consecuencia todo lo bueno y malo que somos y tenemos es en gran parte consecuencia de nuestras decisiones y actos.

 
P. Chava, SVD

En la primera lectura el profeta Ezequiel apela a conciencia individual de cada creyente, para que opte por el recto camino y se convierta, deje de obrar el mal para salvar su alma y su cuerpo, en fin su vida y la de su pueblo. Pues quien cree en el Señor y su misericordia se salvará por sus obras buenas. Salmo 24 “Recuerda, Señor, que tu misericordia es eterna”.

 

En la segunda lectura San Pablo desde su prisión escribe a los Filipenses que permanezcan en la unidad en un mismo amor y en un mismo sentir en Cristo, dejar de tener envidio y odio al otro, para unir voluntades en un mismo proyecto de evangelización. Añade un relato teológico, al afirma que Jesús renuncio a su condición divina para asumir su condición humana en su totalidad, se hizo esclavo de todos y con su vida en prenda salvo a la humanidad entera, por eso toda rodilla se dobla ante su nombre y su presencia.

 

En el evangelio Jesús nos advierte la importancia de escuchar a Dios y hacer su voluntad, pues nos llevan por la delantera aquellos que estaban en pecado y cambiaron de vida, para mostrar que entiende la voluntad de Dios. La obediencia y la fidelidad a Dios es garantía de continuidad de amor y salvación. Pero somos libres y decidimos obedecer sí o no a Dios, por tanto somos los dueños de nuestro destino.

 

Habla Señor tu siervo escucha, pues Tú tienes palabras de vida eterna, y cuanto de deseas y quieras de mí con humildad y prontitud cumpliré conforme a mis circunstancias. Señor aquí estoy para hacer tú voluntad, pues generas vida en mí para dar vida. Que tu amor y tu Reino se haga realidad aquí y ahora.

 

P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino, Vicario de la Parroquia Nuestra Señora de Altagracia, Diócesis de Madrid, España.

P. Chava, SVD

sábado, 23 de septiembre de 2017

Trabajar para el Reino de los Cielos, 25 del Tiempo Ordinario, Ciclo A

25 del Tiempo Ordinario, Ciclo A
Isaías 55, 6-9; Salmo 144; Filipenses 1,20c-24.27a; Mateo 20,1-16
Domingo, 24 de septiembre de 2017
P. Chava, SVD
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 


Trabajar para el Reino de los Cielos, es don y tarea, pues Dios llama a su pueblo para construir su Reino, para esto es necesario el conocimiento del plan de Dios y una vez conocido asumirlo como plan de vida.

 

En la primera lectura es Isaías insistirá al pueblo que regresa a la tierra prometida que no se alejen de Dios sino al contrario que lo encuentren, que cambie sus caminos en el especial el malvado. Por eso el creyente debe recitar el Salmo 144Cerca está el Señor de los que lo invocan”.

 

En la segunda lectura san Pablo tiene en un dilema existencial, no sabe si desear la muerte para estar con Jesús o aun vivir para trabajar y dar frutos en la comunidad. Por eso Pablo insistirá el modo de vivir tendrá que ser conforme al evangelio.

 

En el evangelio de Mateo nos explica Jesús que el Reino de los Cielos se parece al propietario que contrata jornaleros para que trabajen en su viña. Todos al final de la jornada recibirán el mismo salario un denario por jornal y no por el tiempo ni por su esfuerzo o fatiga. Dios quiere ser justo con todo mundo todos merecen la misma recompensa de Dios: su amor y la vida eterna.

P. Chava, SVD
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 

Tomar decisiones en la vida para ser dueños de nosotros mismo es prioritario para nuestra existencia, quien decide ser bueno y hacer bueno todo hará se salvará por sus obras, pero si además de optar por el bien, su bondad se basa en Dios y a ejemplo de Él, obra el bien, tendrá vida en Dios.

 

P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino, Vicario de la Parroquia Nuestra Señora de Altagracia, Diócesis de Madrid, España.

P. Chava, SVD

domingo, 17 de septiembre de 2017

Dios pide misericordia, 24º Tiempo Ordinario, Ciclo A

24º Tiempo Ordinario, Ciclo A
Sirácide 27,33-28,9; Salmo 102; Romanos 14, 7-9; Mateo 18,21-35
17 de septiembre de 2017

P. Chava, SVD
P. Chava, SVD


 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 




Dios pide misericordia, y lo hace con el ejemplo, para poder salvar al mundo es necesario el amor y el perdón profundo que tengan todos sus hijos entre sí.

En la primera lectura el libro de Eclesiástico nos recuerda la importancia de perdonar para que podamos ser atendidos y perdonados por Dios. Lo importante es no enojarnos con nuestro prójimo y si lo hacemos hayque  reconciliarnos con él, pues será de vital importancia para conseguir la misericordia de Dios. El Salmo 102 nos recuerda la esencia de Dios:El Señor es compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia”.

P. Chava, SVD
 
En la segunda lectura san Pablo nos afirma que Jesús es Señor de vivos y de muertos, como resultado de su sacrifico en la cruz y de formalizar una nueva alianza en la eucaristía instituida en la última cena; Jesús al dar su vida nos salvo de la muerte y de nuestros pecados.  

En el evangelio de Mateo, Jesús responde a Pedro sobre el límite que hay que tener perdonar a alguien, pero el Señor le responde que no solo tiene que perdonar hasta siete veces sino hasta setenta veces siete, es decir, no hay que poner límites para perdonar; además añade una  parábola sobre el perdón: así como el rey llega a perdonar a quien tiene misericordia de su hermano, pero advierte que él que no lo hace se condena a sí mismo, pues se cerró a la misericordia de Dios y de su hermano.

Dios es amor, y una muestra de su amor es el perdonar, por eso Dios: perdona mis pecados, perdona mis faltas, perdona mis ofensas, así como perdono a los demás.



P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino, Vicario de la Parroquia Nuestra Señora de Altagracia, Diócesis de Madrid, España.

 
P. Chava, SVD

 

miércoles, 6 de septiembre de 2017

Guardían de mi hermano, 23º Tiempo Ordinario, Ciclo A


23º Tiempo Ordinario, Ciclo A
Ezequiel 33,7-9; Salmo 94; Romanos 13, 8-10; Mateo 18,15-20
 10 de septiembre de 2017

P. Chava, SVD

Dios me puso como el guardián de mi hermano y él de mí. La mutua corresponsabilidad afianza la confianza y el amor fraterno, y quien ama sabe corregir con amor a su hermano.
 
En la primera lectura Ezequiel se convierte en el centinela de la casa de Israel, es decir: “en su conciencia”, pues tiene que advertir al malvado de su pecado para que se convierta antes de su muerte, para que pueda cambiar de rumbo y se salve, y si no quiere por su propia voluntad se condenará pero Ezequiel se salvará por advertirle. Salmo 94 “Señor, que no seamos sordos a tu voz”.

En la segunda lectura san Pablo insistirá en la esencia de la religión y parte del principio de que Dios es amor, por tanto sus normas están dirigidas al cuidado de nuestros hermanos; en consecuencia: “amar al prójimo como a uno mismo” es el resumen de la ley de Dios.

 En el evangelio Jesús insistirá en la corrección fraterna en la comunidad, primero a nivel individual y según sea el caso ira aumentándose los testigos para la corrección fraterna; sin duda no se trata de enjuiciar y condenar al hermano, por el número de testigos; sino que Jesús quiere en grupo puedan corregirse con amor. Luego siguen dos decretos: el primero va unido al segundo: el primero es todo acuerdo tomado en comunidad tendrán valides tanto en la tierra como en el cielo; el segundo decreto es la fidelidad y permanencia de Jesús con su comunidad y es que aunque se reúnan sólo dos o tres en nombre lo que pidan se les concederá Dios Padre conforme a su fe.
 
P. Chava, SVD
 Señor dame humildad y sabiduría, para aceptar tanto mis defectos y pecados como el de mis hermanos y hermanas, que sepa diferencia entre lo bueno y lo malo, y conforme a tu voluntad asuma los cambios que tenga que hacer en mi vida y el de los demás; Señor confío en tu infinita misericordia por el amor que me tienes.

 
P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino, Vicario de la Parroquia Nuestra Señora de Altagracia, Diócesis de Madrid, España.

P. Chava, SVD