sábado, 30 de noviembre de 2024

1º Adviento, ciclo C

 




1º de Adviento, Ciclo C, 2024 Parusía de Jesús

1º de Adviento, Ciclo C
Jeremías 33,14-16; Salmo 24; Tesalonicenses 3,12–4,2; Lucas 21,25-28.34-36
1 de diciembre de 2024
P. Chava, SVD

Las lecturas nos hablan de la ansiosa espera, de la llegada del Mesías, es decir, de Jesús. Una vez que el Verbo encarnado se hizo hombre, y habitó entre nosotros. Jesucristo, después de haber sido bautizado nos habló del Reino de Dios; formo una comunidad de doce discípulos y cuando llego su “hora” partió para Jerusalén, porque sabía que tenía que morir ahí con una muerte de cruz. Ya próximo de entregar su vida, habló con sus discípulos del final de los tiempos, cuando el Hijo de Hombre vuelva con la gloria de Dios. A esto le llamamos la parusía del Señor, y se ha vuelto en la esperanza que sostiene a los creyentes en su fe.

P. Chava, SVD
Jeremías profetisa sobre el vástago de la descendencia del Rey David, trayendo la esperanza de continuidad y futuro para el pueblo de Israel, que estaba siendo oprimido, por eso el creyente llamará a Dios como “el  Señor es mi justicia”.
P. Chava, SVD
En la Carta a los Tesalonicenses,  san Pablo nos narra sobre la segunda venida de Jesús donde nos tenemos que presentar, como “santos e irreprensibles ante Dios”, conservando en nuestras vidas, las palabras de salvación de Jesús y viviendo ejemplarmente nuestro ser como cristianos, en el arte de amarnos como hermanos e hijos de Dios. 
 
En el evangelio, Jesús anuncia la parusía del Hijo de hombre, (su segunda venida, de Jesús) con grandes signos en la creación, como es en el sol, la luna y las estrellas; y en la tierra en las aguas del mar. Porque Jesús vendrá con gloria y poder, vendrá con fenómenos inexplicables, como venir sobre una nube, pero el mayor signo: es “la consolación” pues el miedo terminará, los hombres serán liberados. La gente alzara sus cabezas para ver con alegría, que viene Dios con poder y gloria.
P. Chava, SVD
En el tiempo que vivimos nuestra mirada esta puesta en el Señor, que nos sana, nos ayuda y nos fortalece en nuestras debilidades. Al comienzo de un nuevo año litúrgico, el ciclo C, lo comenzamos con el tiempo litúrgico del Adviento. Las lecturas nos hablan de un fin de un tiempo y del comienzo de otro. Terminó el tempo del pecado del hombre, porque llegará su salvador para liberarlo de sus miedos y de sus males. Jesús es el Hijo del hombre, que nos trae la salvación, por eso tenemos que estar alerta para recibirlo en nuestras vidas.
 
P. Chava, SVD, es misionero del Verbo Divino. Párroco de la parroquia Nuestra Señora del Carmen, Diócesis Sevilla, España. 



viernes, 22 de noviembre de 2024

Jesucristo, Rey del Universo, Ciclo B

 

Jesucristo, Rey del Universo, Ciclo B
Daniel 7,13-14; Salmo 92; Apocalipsis 1,5-8; Juan 18,33b-37
24 de noviembre de 2024

P. Chava, SVD

Jesús nos invita a confiar en Dios, es más a desear que el Señor nos gobierne, por eso en la oración del Padre nuestro decimos: “venga a nosotros tu Reino”. Por eso en las enseñanzas bíblicas se afirma que al final de los tiempos, comenzará un nuevo gobierno y una nueva forma de vivir, porque Jesús vendrá con toda la autoridad para gobernar el mundo.

En el libro de Daniel, aparece un título que usará Jesús en su predicación es el “hijo de hombre”, el simbolismo es muy fuerte. El Señor al usar ese nombre como propio, nos anuncia la llegada eminente del Reino de Dios, y que este Reino “está comenzando ya, pero todavía no está, en su totalidad”.

P. Chava, SVD

En el libro de Apocalipsis, Jesús es ensalzado con títulos de grandeza: es el príncipe de los reyes de este mundo; es el alfa y la omega; es el principio y el fin de la humanidad; con Jesucristo llegó la salvación y purificación de la humanidad, convirtiendo a la humanidad en un pueblo sacerdotal al servicio de Dios.

 En el evangelio Jesús nos revela que también es Rey, y que su Reino no es de este mundo, el viene a traernos la verdad y todo el que escucha la verdad seguirá a Jesucristo. Por eso los cristianos nos unimos a este proyecto del Reino de Dios.

P. Chava, SVD
¡Viva Cristo Rey!, que venga a nosotros el Reino de Dios. Que la parusía, en el final de los tiempos, vendrá Jesús lleno de gloria y poder. Es una promesa escatológica, donde Jesucristo reinará, con justicia todas las naciones. Pero antes tenemos que hacer lo posible para que el Reino de Dios exista desde: ¡ya! En nuestra realidad, aquí y ahora.

P. Chava, SVD, es misionero del Verbo Divino. Párroco de la parroquia Nuestra Señora del Carmen, Diócesis Sevilla, España. 

 




 

sábado, 9 de noviembre de 2024

32º del Tiempo Ordinario, Ciclo B

32º del Tiempo Ordinario, Ciclo B
Reyes 17,10-16; Salmo 145; Hebreos 9,24-28; Marcos 12,38-44
10 de noviembre de 2024

P. Chava, SVD

Porque Dios no quiere que nuestra entrega a Él, sea una limosna reducida a lo que nos sobra; sino a una entrega plena y total como lo hace la viuda con sus dos monedas de cobre que deja en el templo. Ella no teniendo nada, y sin embargo, "lo da todo", para la gloria de Dios. La Divina Providencia de Dios, está unido a la fe y confianza plena en Dios. Porque sabemos que el Señor nos cuida y nos protege.
 
En la primera lectura el profeta Elías pide a una vida que le de pan para comer. Ella le explica que no posee nada más que un poco de harina y aceite. La viuda pensaba que después de preparar el pan moriría con su hijo por causa de la hambruna que azota aquella región por la falta de lluvia. Elías profetiza a favor de ella, que ya no les faltará ni harina ni aceite en su vida porque así lo dice el Señor, y sucedió el milagro, ellos no murieron de hambre como lo dijo el profeta.
P. Chava, SVD
En la carta a los Hebreos, Jesús se ofrece como el sacrificio único y por excelencia hacia Dios para purificación de la humanidad y es su propia vida, su sangre la que limpiará nuestros pecados y al mismo tiempo renovara la nueva alianza entre Dios y la humanidad.
 
En el evangelio Jesús advierte de la hipocresía de algunas personas que se aprovechan de sus influencias para aparecer en público y tener ciertos privilegios. Que ellos aparentan ser buenos y generosos, pero por otro lado se enriquecen de las viudas desprotegidas. Por otra parte: Jesús estando en el templo, viendo como la gente depositan sus limosnas, llama sus discípulos y les pone como modelo de generosidad a una viuda que dio dos monedas de bajo valor, pero que era todo lo que tenía ella para sobrevivir.
P. Chava, SVD

Señor te bendícenos y te damos gracias por tu amor y tu ayuda tan generosa que nos das todos los días de nuestra vida. Señor, guíanos y protégenos. Que la Divina Providencia nos de todo aquello que necesitamos, conforme a tu voluntad. Gracias Dios por el mucho amor que nos das todos los días de nuestra vida.
 
P. Chava, SVD, es misionero del Verbo Divino. Párroco de la parroquia Nuestra Señora del Carmen, Diócesis Sevilla, España. 


Homilía: 32º Tiempo Ordinario, ciclo B, 2024. P. Chava, SVD

sábado, 2 de noviembre de 2024

Homilía: 31º Tiempo Ordinario, ciclo B, 2024. P. Chava, SVD

31º del Tiempo Ordinario, Ciclo B

31º del Tiempo Ordinario, Ciclo B

Deuteronomio 6,2-6; Salmo 17; Hebreos 7,23-28; Marcos 12,28b-34
3 de noviembre de 2024

 

P. Chava, SVD

Amar es el sentimiento que mueve almas. DIOS NOS AMA CON LOCURA por eso nos dio la vida y da su vida en prenda para salvarnos. 

En la primera lectura Deuteronomio, se funda el monoteísmo, donde el amor grande tiene que estar dirigido hacia Dios. La ley de DIOS, será el programa de vida y el pacto de alianza entre el pueblo de Israel y el Señor. 

En la segunda lectura en la carta a los Hebreos, nos habla del sacerdocio real, autentico y puro de Jesús, esta afirmación legitimará a los nuevos sacerdotes que ofrecerán el sacrificio a Dios para dar nueva vida.

P. Chava, SVD
En el Evangelio Jesús es puesto a prueba sobre su conocimiento de la Torá, ¿cuál es el mandamiento más importante? Sin duda responde bien al escriba: que el amor a Dios es el mandamiento más importante (Dt 6, 4-5) y añade como también simplifica los demás mandamientos con el amor al prójimo (Lv 19,18).

P. Chava, SVD

Hacer la voluntad de Dios, significa cumplir sus normas y sus decretos. Para el cristiano lo tiene claro, hay que amar a Dios y a su prójimo como norma de vida. Este amor es mutuo, pues Dios nos amó primero, y una señal de ese amor es el amor al prójimo y a nuestra propia vida. 

P. Chava, SVD. Es Misionero del Verbo Divino. Párroco de la parroquia Nuestra Señora del Carmen, Diócesis Sevilla, España.