P. Chava, SVD |
Isaías 49,14-15; Salmo 61; 1 Corintios 4,1-5; Mateo 6,24-34
Domingo, 26 de febrero de 2017
Confía en Dios, Él hará lo imposible para darte vida,
paz, amor, estabilidad, etc., pero hace falta que tengamos nuestra fe puesta en
Él, y que trabajemos junto con Él para conseguir lo que necesitamos y deseamos,
además que nuestra motivación está dirigida a construir el Reino de Dios y su
justicia.
En la lectura del
libro de Isaías encontramos la decepción del pueblo de Israel por experimentar
el abandono aparente de Dios, por permitir la esclavitud del pueblo en
Babilonia, sin embargo Dios nunca se olvida de su pueblo escogido y está ahí la
respuesta de Dios tiempo después; el pueblo de Israel lo entendió cuando fue rescatando
de la esclavitud en el exilio en Babilonia; el Señor les dio de nuevo la
libertad y les hizo volver a Jerusalén para comenzar de nuevo en su tierra
Santa. Salmo 61: “Descansa sólo en Dios, alma mía”.
P. Chava, SVD |
San Pablo en la carta
a los Corintios nos habla del “fuero interno”, esa voz interna: “que sólo
nosotros oímos”, que nos habla de lo que está bien y lo que está mal; porque la
tendencia del ser humano es criticar casi todo y de todo, pero hay un inconveniente
con esta costumbre: pues cuando la crítica es dura y sin fundamentos; cuando la
intención es destruir a una persona en su dignidad o integridad, es decir, las
juzgamos por costumbre, estamos muy mal por dentro y por fuera. Por eso San
pablo pide a los cristianos en que nos limitemos a ser buenos servidores de la
comunidad y de la humanidad, para administrar los misterios de Dios: amar,
perdonar, sanar, bendecir, transmitir la gracia de Dios y al Espíritu Santo,
para así construir el Reino de Dios y conseguir la salvación de muchos.
San Mateo en su
evangelio nos recuerda la importancia de priorizar el amor a Dios antes que al
dinero, nos advierte que es imposible compaginar ambos amores. La vida nos desafía
todos los días con muchas angustias; tenemos muchas preocupaciones algunas
imposibles de cubrir; por eso insiste Jesús que confiemos plenamente en Dios y
su divina providencia; que cada día hay que vivirlo con intensidad y que el
mañana traerá por si solo las angustias a resolver. Confiemos en Dios que todas
serán resueltas, tarde o temprano.
Busca primero el
Reino de Dios y su justicia y lo demás vendrá por añadidura dice el Señor. Por
eso el orden de las prioridades en nuestra vida tiene que tener en cuenta a
Dios, pues muchas veces, sucede todo lo contrario, Dios queda en último plano o
simplemente no existe en las vidas de las personas. Señor Tú eres el dueño de
nuestras vidas, a Ti te debemos todo, a Ti iremos después de dejar este mundo,
Señor queremos amarte y servirte: “al amar y servir a nuestros hermanos”.
Bendice nuestros estudios, trabajos, familias, hogares; bendice y santifica todo
cuanto somos y tenemos, Señor Nuestro.
P. Chava, SVD |
P. Chava, SVD: Misionero del Verbo
Divino, Vicario de la Parroquia Nuestra Señora de Altagracia, Diócesis de
Madrid, España.