P. Chava, SVD |
4º domingo de Cuaresma- Ciclo A
Samuel 16,1b.6-7.10-13a; Sal 22; Efesios 5,8-14; Juan 9,1.6-9.13-17.34-38.
Dios escoge a cada uno de
sus discípulos, a sus enviados, a sus
seguidores, y sólo los que son fieles: los que creen en el Señor, los que
tienen un corazón puro, verán a Dios. Pues si el creyente tiene ojos de fe,
fácilmente reconocerá cada milagro que Dios ha hecho en su vida.
Samuel,
nos narra la elección y unción de David, un pastorcillo e hijo pequeño de una
familia, Samuel lo unge por el criterio de Dios, no se deja llevar por la
apariencia física, sino por el corazón. David es ungido rey frente a su familia
y desde entonces el Espíritu del Señor lo acompañaría toda su vida. Por eso hay
que confiar en el Señor como dice el Salmo 22 El Señor es
mi pastor, nada me falta.
Efesios, dice que somos luz en el Señor, y como frutos produciremos: bondad, justicia y verdad. Los hijos de la luz denunciarán a las tinieblas, es decir, la maldad y las injusticias de hombres y mujeres. Por eso el que confía en el Señor despertará de la muerte y se levantará para ser luz.
Jesús, da la vista a un ciego de nacimiento, el
milagro lo hace en sábado, usando su saliva, barro y el agua de la piscina de
Siloé. Los fariseos niegan el milagro, lo acusan de farsante y añaden, que
Jesús es un pecador por quebrantar el descanso del sábado. El ciego sabe que
dice la verdad y da garantía del milagro, sabe que Jesús puede ser un profeta,
pero después hace con él una profesión de fe, reconoce y cree que Jesús es el
Hijo del hombre. La mejor garanatia: “el ciego de nacimiento”, ya curado “lo ve
con sus propios ojos”, por eso cree en él.
P. Chava, SVD |
San Arnoldo Jassen, SVD |
Señor, ayúdanos a ser fieles, a tener ojos y mirada de fe en nuestra vida, para contemplar tu gloria y tu grandeza, reconocer cada llamada que nos haces y cada milagro que obraste en nosotros. Que se cumpla en cada uno de nosotros tu voluntad, amén.
Señor, ayúdanos a ser fieles, a tener ojos y mirada de fe en nuestra vida, para contemplar tu gloria y tu grandeza, reconocer cada llamada que nos haces y cada milagro que obraste en nosotros. Que se cumpla en cada uno de nosotros tu voluntad, amén.
P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino
Vicario de la Parroquia Virgen del Alba, Alcorcón,
(Diócesis de Getafe), Madrid,
España.