P. Chava, SVD |
Pentecostés 2014
Hechos de los Apóstoles 2,1-11; Salmo 103; 1 Corintios
12,3b-7.12-13; Juan 20,19-23
Ven Espíritu Santo, que el mundo sea tierra de fertilidad con tus 7 dones, que los cristianos sintamos tu impulso, para lanzarnos a la misión: para compartir, la Buena Nueva, que lo expresemos con nuestra caridad, amor, paz y justicia.
Ven Espíritu Santo, que el mundo sea tierra de fertilidad con tus 7 dones, que los cristianos sintamos tu impulso, para lanzarnos a la misión: para compartir, la Buena Nueva, que lo expresemos con nuestra caridad, amor, paz y justicia.
P. Chava, SVD |
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En Pentecostés, el Espíritu Santo desciende sobre los
discípulos reunidos; entra en forma de ráfaga de viento y se posa en cada uno
de ellos con la forma de lenguas de fuego; el primer efecto de la unción sobre
los apóstoles fue el don de lenguas logrando comunicarse con todos los
extranjeros en más de 7 idiomas, ellos eran de distintas partes del mundo; escucharon
en su propio idioma las maravillas de Dios. Así comenzaría el anuncio del Reino
de Dios para toda la humanidad. Que baje el Espíritu Santo como dice el Salmo
103 R/. Envía tu Espíritu,
Señor, y repuebla la faz de la tierra.
Pablo, exalta la eficacia del Espíritu Santo pues Éste
da cohesión al cuerpo de Cristo, es decir, la Iglesia. A pesar de ser de
distintas nacionalidades, nos unimos a Cristo por la unción del Espíritu Santo
en el bautismo.
Jesús, se aparase por la noche en medio de los
discípulos, cuando ellos tenían miedo. Jesús los calma y les dice dos veces, la
paz a ellos, les delega dos responsabilidades, ser misioneros y ser
administradores de la misericordia de Dios, que la paz y el amor sea el signo
visible de la presencia de Dios entre los hombres.
Que la paz, reine en nuestros corazones, que nuestras
conciencias se dejan moldear por el amor de Dios, para hacer un mundo más humano
y más fraterno: buscando el respeto por la naturaleza y toda clase de vida; por
un equilibrio en la justicia, donde los excluidos y explotados sean liberados
de este dolor. Que nuestras vidas compartan la vida y den vida a tantos seres
vivientes en el mundo. ¡Qué Dios Uno y Trino, viva en nuestros corazones y en los
corazones de toda la humanidad!
P. Chava, SVD, Misionero del Verbo Divino, Vicario de la Parroquia Virgen
del Alba, Alcorcón, (Diócesis de Getafe),
Madrid, España.
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