5º del Tiempo
Ordinario – Ciclo A
Isaías 58,7-10; Salmo 111; 1 Corintios 2,1-5; Mateo 5,13-16
9 de febrero de 2020
Isaías 58,7-10; Salmo 111; 1 Corintios 2,1-5; Mateo 5,13-16
9 de febrero de 2020
P. Chava, SVD |
En todo servir y amar para gloria de Dios,
es una frase que da sentido a mi vida, y es de san Ignacio de Loyola. Hace poco
vi la entrega de unos misioneros que lo dieron todo para gloria de Dios, me
impacto. Dar la vida por los demás se convierte en lo esencial en la vida, en
todo servir y amar es un estilo de vida que da gloria a Dios en cada acto de
bondad y humanidad que hacemos en las personas y que repercute en pocos o en
muchos.
La justicia y el derecho hará brillar al
creyente como luz en medio de las tinieblas: el fiel tiene dar de comer al
hambriento, vestir al desnudo y hospedar al pobre. La bondad del corazón hará
surgir la nueva humanidad como nueva luz en el mundo. Por eso el justo cantará
con alegría: Salmo 111 El justo brilla en las tinieblas como una luz.
San Pablo dice que habla en nombre de
Jesús y por sabiduría del Espíritu Santo, por tanto su lenguaje no procede de
sabiduría humana, sino que proviene de Dios. Pues la cruz, la pasión de Cristo
realza el amor que nos tenía y el plan de salvación para la humanidad.
P. Chava, SVD |
Jesús insistirá a sus seguidores en que
sean luz y sal de este mundo. Por eso no importa nuestro origen cultural, sino
lo importante es usar nuestro potencial para ayudar a la humanidad, para darle
sabor a la vida con nuestras obras de caridad e iluminar a la humanidad con las
ideas e espiritualidad del ser humano inspirada en Cristo.
P. Chava, SVD |
Dios es nuestro origen y nuestro fin, a Él
le debemos la vida y nuestra vida está influenciada y condicionada, pues todo
Padre espera lo mejor para sus hijos, y espera que ellos sean felices y que
amen, por eso para dar gloria a Dios hay que mostrar la bondad de Dios en el
ser humano integrado en sus circunstancias, donde sea una luz que ilumina con
su amor, con su caridad, con sus obras, con sus palabras y acciones; que sea
una persona tan humana capaz de equivocarse y levantarse, capaz de dar alegría,
vida, paz, justicia con sus ideales y con su espiritualidad inspiradas en
nuestro creador: un mundo bueno, bello y perfecto, porque lo hizo Dios.
P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino,
Párroco in solidum de las unidades pastorales en Villatuerta, Oteiza, Noveleta,
Grocin y Murillo, en Navarra, Diócesis de Pamplona, España.
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