P. Chva, SVD |
17 º Tiempo
Ordinario, Ciclo A
1 Reyes
3,5.7-12; Salmo 118; Romanos 8, 28-30;
Mateo 13, 44-52
30 de Julio
de 2017
La sabiduría solo viene de Dios, pues en su
proyecto de creación y de salvación contempla al hombre como el artífice de su
redención. Pues cuando el ser humano comprende y discierne entre que es lo
bueno y que es lo malo, tendrá el criterio de valorar y dar prioridad a sus necesidades
físicas, económicas e espirituales. Pero para Dios está claro que el mayor
criterio debe ser el amor, para tomar una buena decisión.
En la primera lectura Dios le habla a Salomón en
sueños, y le ofrece su ayuda, lo que sea. Salomón, se siente inexperto en la
vida y mucho menos capacitado para gobernar, por eso le pide que le conceda: “un
corazón atento para juzgar a tu pueblo y discernir entre el bien y el mal”.
Dios le concedió “un corazón sabio e inteligente”. Por eso glorifiquemos al Señor
con el salmo 118: “¡Cuánto amo tu ley, Señor!”.
P. Chava, SVD |
San Pablo nos habla en la carta los Romanos con estas enseñanzas: que toda
persona unida a Cristo esta predestinada desde hacía ya mucho tiempo, algunos
inclusive antes de nacer. Toda persona unida a Jesucristo esta llamada a ser su
reflejo Dios en la tierra, es decir, a aprender de Jesús: de su evangelio, de
sus normas, de sus valores, para luego meditarlos y asumirlos como regla de
vida, por eso Dios llamo a los que Él quiso, los justifico es decir, los salvo,
y todo esto para gloria de Dios.
En el evangelio Jesús nos hablan con tres parábolas
sobre el Reino de Dios, y pone de manifiesto los valores de este mundo en
comparación los de Dios. Y son los
siguientes: el tesoro escondido en el campo; la perla más preciosa; la red que
coge peces en el mar y concluye con una alegoría de quien recibe el Reino de
Cielos es como un padre familia que saca de su tesoro lo nuevo y lo antiguo,
para su familia.
Señor Tú eres amor, en ti confiamos y
depositamos nuestras vidas. Ayúdanos a comprender que es lo que realmente nos
conviene en nuestras vidas, para que podamos caminar a Tú lado, juntos como tu
pueblo; Señor enséñanos el Reino de Cielos en la tierra: danos sencillez para
aceptar tu voluntad; valor para asumirla; y alegría para proclamarla con
nuestras vidas.
P. Chava, SVD: Misionero del Verbo
Divino, Vicario de la Parroquia Nuestra Señora de Altagracia, Diócesis
de Madrid, España.
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