P. Chava, SVD |
Hechos de los apóstoles 13,14.43-52; Salmo 99,2.3.5; Apocalipsis 7,9.14b-17; Juan 10,27-30
Domingo, 17 de abril de 2016
Mis padres me regalaron mi
fe, ahora a mí me toca cultivarla y compartirla con los de mi comunidad: familia,
compañeros de escuela o del trabajo, con mis vecinos y mis amigos, en fin con
todo el mundo. Es el mandato de Jesús: ¡"qué llegue su mensaje hasta los confines
del orbe"! (Mt 28, 19-20). Por eso todos los cristianos tenemos que ser
misioneros para llevar la Buena Noticia y sembrar el Reino de Dios donde
quieran que estemos.
En la lectura de Hechos de
los Apóstoles vemos a Bernabé y a Pablo, que se enfadan con los judíos porque
ellos rechazaron la Buena Noticia y por tanto no creían que Jesús fuera el Mesías
y el Hijo de Dios. Por eso decidieron marcharse y comunicar el kerigma a los
gentiles, es decir, a los que no son judíos; por lo tanto la salvación ya no es sólo para
un pueblo, sino para el mundo entero. Con
alegría la humanidad puede cantar: el Salmo 99 “Somos su pueblo y ovejas de su rebaño”.
En
el libro de Apocalipsis encontramos que los mártires serán los testigos de Jesús
en la tierra; Muchos de ellos fueron perseguidos por cuestiones religiosas; por
el hecho de ser cristianos y de seguir a Cristo durante su vida padecieron el
martirio: como llegar a ser rechazados por la comunidad y sus familiares; el ser
encarcelados y despojados de sus bienes para luego ser torturados; y en algunos
casos recibieron la muerte como castigo por no cambiar su fe en Cristo. Pero sus
sacrificios no quedaron en el olvido, sino todo lo contario se les reconocerá delante
de Dios como los mártires que fueron files y consecuentes en su fe a Jesús.
En
el evangelio de san Juan, Jesús es el
pastor que cuida de sus ovejas; es el líder que dará la vida por nosotros: los
que tenemos fe en Él; Jesús es el enviado por Dios para salvar a la humanidad
del pecado y de su autodestrucción, por eso tenemos que seguir a Jesús porque Él
nos conducirá por el camino del bien, paz, amor, justicia y así hacer realidad
el Reino de Dios, en nuestras circunstancias de la vida.
P. Chava, SVD |
En
nuestra vida tomaremos decisiones que nos ayudaran a vivir mejor para estar más
unidos y así tomar una identidad como personas. Por ejemplo el hecho de ser
bautizados ya sea por decisión de nuestros padres o nuestra, en la Iglesia
católica por la formula trinitaria: “En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu
Santo”. Adquirimos la dignidad de ser hijos de Dios y de formar parte de la
Iglesia, para siempre; Desde entonces formamos parte de una gran familia y una
hermosa religión que es la Iglesia Católica. Al ser bautizados adquirimos
derechos y obligaciones dentro de la Iglesia, porque somos los nuevos cristianos
que vivirán el evangelio con sus vidas, sus obras y su fe. Y si fuera el caso
dar la vida por Dios y nuestros hermanos en el día a día para vivir el Reino de
Dios aquí en la tierra. Porque los mártires y los creyentes con su vida, sus
ejemplos de fe, tradición, fidelidad a Cristo, etc., hacen crecer a el Reino de
Dios y fortalecen a la Iglesia que Jesús fundo.
P. Chava, SVD |
P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino,
Vicario de la Parroquia Virgen del Alba, Alcorcón, (Diócesis
de Getafe), Madrid, España.
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