5º Cuaresma, Ciclo C
Isaías 43,16-21; Salmo 125; Filipenses 3,8-14; Juan 8,1-11
9 de abril de 2025
Isaías 43,16-21; Salmo 125; Filipenses 3,8-14; Juan 8,1-11
9 de abril de 2025
Quien confía, en la
misericordia de Dios, se salvará. En la condición humana, siempre hay algo que
cambia. Siempre estamos, en un cantante cambio de circunstancias de la vida.
Como el trabajo, los estudios. Inclusive en condiciones pésimas como
la esclavitud, la enfermedad, la guerra, la pandemia, y de la carencia
económica, entre muchos otros posibles problemas. Pero quien confía en el
Señor, su vida, la salvará.
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P. Chava, SVD |
En Isaías encontramos unas palabras de aliento, para los que viven la calamidad
estar exiliados en Babilonia. Les hace recordar que Dios crea vida donde no la
hay vida o es escasa. Como en el desierto, que se transformará y brotará nueva
vida con los ríos que el Señor hará brotar, es una analogía de la bendición que
hará caer Dios sobre su pueblo escogido. Este pueblo que no vale nada ante el
mundo de aquella época, que muere poco a poco en el exilio, se convertirá en un
pueblo poderoso y grandioso, por recibir la bendición de Dios.
Pablo esta agradecido
con el Señor, y se pone como modelo de discípulo. Que es capaz dejarlo todo
para seguir a Jesús. Para poder proclamar, la buena noticia, en nuevos
territorios, como en Filipos. Lo que tiene Pablo, no es por mérito propio, sino
apenas una persona centrada en su meta que quiere completar en su vida. Dejando
atrás su pasado pecaminoso para esforzarse en correr hacia la meta que es
Cristo. En un camino, “virtuoso”, hacia la santidad.
En el Evangelio Jesús salva a una mujer de ser lapidad (morir a pedradas), por
ser acusada de cometer adulterio. El Señor, conociendo su condición de
hipócritas y pecadores, pide que quien esté libre de pecado que tire la primera
piedra. “Nadie lo hace”, por lo tanto, nadie la condena. Jesús termina
liberando a aquella mujer de la muerte y del pecado. Jesucristo tuvo amor y
misericordia con la mujer. Y la convierte, para que ya no peque más. Jesús no
tolera el pecado, pero dignifica al pecador, lo libera de su pecado.
P. Chava, SVD |
En las lecturas encontramos misericordia y compasión de Dios para salvar a la
humanidad de su autodestrucción. Porque el Señor actúa siempre, como por
ejemplo donde hay muerte, Él pone la vida. Da esperanza de futuro. Al unirnos a
Dios nos fortalecemos en el Espíritu. Quién este unido a Dios tendrá vida
eterna, y antes de que muera será testigo de Dios en el mundo, pues el Señor
obrará maravillas en Él.
P. Chava, SVD, es misionero del Verbo Divino. Párroco de la parroquia
Nuestra Señora del Carmen, Diócesis Sevilla, España.
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