Domingo de la Pasión- Ciclo C
Isaías 50,4-17; Salmo 21; Filipenses 2,6-11; Lucas 22,14–23,56
13 de abril de 2025
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P. Chava, SVD |
Jesús me salvo. El chivo expiatorio es el ser sacrificado por el bien común,
para purificar los pecados o culpas del pueblo o de un grupo de personas.
Consiste en cambiar una vida por muchas, en sacrificar al inocente por el
pecador. Eso fue lo que hozo Jesús por la humanidad, el dio su vida para
salvarnos de nuestros pecados.
En el libro de Isaías, habla de la vocación que el profeta tiene para
con su pueblo por orden de Dios: y es la de consolar y fortalecer al pueblo en
tiempos de la esclavitud. En este pasaje nos narra la fortaleza espiritual y la
fe, que tiene el siervo sufriente del Señor ante la opresión y humillación que
recibe. Pero el siervo no se inmuta, pues es Dios quien lo fortalece en la
desgracia, es Dios quien lo consuela y rescatará de en medio de tanto dolor.
En la carta a los Filipenses, se resalta las dos naturalezas de Jesús: la
humana y la divina, pero Jesús siendo el Hijo de Dios se hizo uno como
nosotros, un hombre lleno de fragilidades mostrando su condición humana; Jesús
al asumir nuestra naturaleza nos une a Él, por eso con su muerte morimos y con
su resurrección resucitamos, pues obedeciendo al Padre es como nos salvó, dando
su vida por nosotros, nos rescató de la esclavitud del pecado, para devolvernos
la dignidad de ser hijos de Dios.
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P. Chava, SVD |
En el evangelio según san Lucas, recordamos la pasión de Jesús: el jueves por
la noche es detenido y acusado de alta traición, pasando por un juicio oral,
fue condenado a muerte, por injurias y mentiras de sus acusadores movidos por
la envidia y el odio hacia Jesús. A Jesús sólo le queda asumir la tortura y
carga con la cruz, hasta su suplicio en el lugar donde morirá para remisión de
nuestros pecados. Es ahí donde pueblo realmente descubren que en verdad Jesús
es hijo de Dios. Todos lloran su muerte hasta la naturaleza resiente la muerte
de su Señor.
A largo de nuestra historia nos encontraremos a muchos inocentes que mueren por
culpa de sus verdugos; experimentaremos la maldad hecha carne, como sucede en
las guerras. Jesús como muchos mártires, y luchadores por la paz y la justicia
mueren a diariamente a manos del poder económico, político y religioso, con la
excusa de mantener estatus y normas que los mantienen en su poder. Pero el
inocente y el débil no debe tener miedo, pues su auxilio y defensor es Dios.
P. Chava, SVD |
P. Chava, SVD, es misionero del Verbo Divino. Párroco de la parroquia Nuestra Señora del Carmen, Diócesis Sevilla, España.
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