sábado, 28 de julio de 2018

sobrevivir, 17º del Tiempo Ordinario, Ciclo B

17º del Tiempo Ordinario – Ciclo B
Reyes 4,42-44; Salmo 144; Efesios 4,1-6; Juan 6,1-15
29 de julio de 2018

P. Chava, SVD
En el origen de la humanidad, el ser humano, se enfrenta al primer reto de su vida: “sobrevivir” con la ayuda de los suyos muchos lo consigue, sin embargo en el mundo en entero hay muchas personas que mueren de muchas causas, la más dolorosa y triste entre ellas de hambre. Por eso en las lecturas de hoy nos hablan de la sensibilidad de ayudar a quien pasa hambre.

En la primera lectura el profeta Eliseo ve con fe como alimentar al pueblo que pasaba hambre ellos eran más de cien personas. Eliseo ordena dar el pan de las primicias, que eran veinte panes de cebada y grano reciente en la alforja. Porque así dice el Señor: Comerán y sobrará, y así fue. La providencia de Dios multiplica los bienes materiales, para que todos coman y no pasen hambre. Confiemos en el Señor como dice el Salmo 144 “Abres tú la mano, Señor, y nos sacias”.

San Pablo, nos recuerda nuestro llamado a ser cristianos que nos tratemos con amor y amabilidad, en una corrección fraternal, manteniendo la unidad en el Espíritu Santo y con comunión de un solo bautismo, una sola fe, un solo Dios. Pues entre más unidos como cristianos estemos, más patente hacemos el amor Dios en el mundo.
 
P. Chava, SVD
En el Evangelio, Jesús da de comer a más de cinco mil personas con la ayuda de sus discípulos Andrés y Pedro, que encontraron la generosidad de un joven que tenía cinco panes y dos peces y ese compartir fue el inicio del milagro. En nuestras vidas Jesús pide lo mismo que demos de comer a quienes tenemos cerca, con la ayuda y cooperación de todos.  

En un mundo donde hay más producción de comida, pero hay una mala distribución de los bienes en especial de la comida, donde muchas veces se tira la comida porque caduca, o lo peor porque conviene tirarla para así tener mayor valor económico de algunos productos porque son más escasos. Dios con su misericordia se apiada de sus hijos, quiere que todos se amen y se ayuden es especial cuando pasan hambre. Además en la eucarística descubrimos nuestra unión como Iglesia, y alimentados por Jesús con su cuerpo salimos fortalecidos para anuncia la Buena  Nueva, y hacer posible justicia al dar de comer al hambriento.

P. Chava, SVD
 P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino, Vicario de la Parroquia Nuestra Señora de Altagracia, Diócesis de Madrid, España.

 

 


martes, 3 de julio de 2018

El profeta es mensajero de Dios, 14º Tiempo Ordinario, Ciclo-B

14º Tiempo Ordinario,  Ciclo-B
Ezequiel 2,2-5; Salmo 122; 2 Corintios 12,7b-10; Marcos 6,1-6
8 de julio de 2018

P. Chava, SVD
 El profeta es el mensajero de Dios, es el Señor que lo legitima para hablar en su Nombre, el profeta es el sirviente de Dios, capaz de soportarlo todo en su Nombre. El profeta anuncia la Palabra de Dios y denuncias los pecados y las injusticias del pueblo, el profeta se convierte en la conciencia de Dios en medio del Pueblo.

Ezequiel, es llamado por Dios para que sea un profeta en medio del pueblo de Israel, que sea testigo de la presencia de Dios en medio de un pueblo rebelde, que muchas veces: “pasa de la voluntad de Dios”, es decir, no le hace caso. El profeta será la conciencia que advertirá de los pecados y maldades que comete el pueblo. Porque Dios no quiere la muerte del pecador sino que se arrepienta y cambie el pueblo de su maldad el creyente dirá el salmo 122: “Nuestros ojos están en el Señor, esperando su misericordia”.

P. Chava, SVD
 

Pablo, está pasando por momentos muy difíciles, tiene mala salud, lo insultan y persiguen, y mismo así su fe no decae sino al contario aumenta, pues su consuelo y su fortaleza es el Señor que le dice: que su “gracia” lo sostendrá en la tribulación. Pablo entiende que en tanto más débil es él como hombre es más fuerte con el Señor, pues sabe que Dios lo protege y lo libra de todo los males que le pudiera afectar.
 Jesús, experimenta el dicho popular: “nadie es profeta en su propia tierra”, porque la gente que lo conocen a él y a toda su familia los descalifican por venir de una familia humilde y sencilla, sólo es un carpintero no tiene preparación aparente sobre las escrituras, para el pueblo no son importantes en su comunidad, por eso no tienen fe en Jesús y por consiguiente Jesús no llega hacer ningún milagro en su comunidad de origen.
 Las lecturas de hoy, nos estimulan a oír la palabra de Dios, a entender e interpretar su mensaje para poderlo vivir y poner en práctica. Pero esto no es posible sin que alguien nos hable de Dios: en la familia, en la Iglesia, en la comunidad, en la escuela, en el trabajo, en fin Dios necesita todos los días de gente que asuma el reto de ser su profeta en medio del pueblo de Dios.

 
P. Chava, SVD
P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino, Vicario de la Parroquia Nuestra Señora de Altagracia, Diócesis de Madrid, España.