domingo, 27 de octubre de 2019

Ora a tu Dios, 30º del Tiempo Ordinario, Ciclo C.


30º del Tiempo Ordinario,  Ciclo C

Eclesiástico 35,12-14.16-18; Salmo 33; 2 Timoteo 4,6-8.16-18; Lucas 18,9-14

27 de octubre de 2019

P. Chava, SVD


La oración es como la llave que me permite entrar en comunicación con Dios. Dios escucha las oraciones de su pueblo y de toda su gente, sabe lo que cada uno necesita antes de que se lo pidamos. Confía y ora al Señor tu Dios, que Él te atenderá.


El libro del Eclesiástico describe las cualidades de Dios como juez: El Señor nuestro Dios; es un Dios clemente y misericordioso, lento a la colera y rico en piedad y misericordia. Dios escucha la aflicción de su pueblo y le atiende, lo bendice y lo fortalece más en los momentos más difíciles de su vida. Señor ten piedad de nosotros y escucha nuestras suplicas.



P. Chava, SVD.
En la segunda lectura san Pablo se dirige a Timoteo y a su comunidad cristiana. San Pablo sabe que le queda pocos momentos de vida. Sabe que va a morir, y hace un recuento de su vida al definirse como un atleta que llega a la meta deseada: encontrarse con Dios durante su vida fue su mayor logro. Su felicidad radica en ser fiel a Jesús y a Dios, por eso exhorta a que la comunidad siga sus pasos en la oración, y en la entrega de su vida al servicio de Dios y de la comunidad.


Jesús en el pasaje del Evangelio nos enseña a orar y a que tengamos cuidado con compararnos con los demás, es más nos pide que no discriminemos a nadie, y que tampoco prejuzguemos a nadie, porque nuestro orgullo puede ser nuestra mayor debilidad y pecado delante de Dios que todo lo sabe. Recemos unidos por la salvación de la humanidad y para que el Reino de Dios se haga presente aquí y ahora en nuestro entorno.


La oración con fe es escuchada por Dios. Confiemos en su misericordia y con fe esperemos recibir los milagros de Dios en nuestras vidas. Unamos nuestra oración como cristianos, y unidos en una sola fe, formemos el pueblo que Dios se escogió, para transformar nuestra realidad. Que Dios Uno y Trino te bendiga a ti y a todos tus seres queridos: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu santo, amén.



P. Chava, SVD.
P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino, Párroco in solidum en Villatuerta, Estella, Diócesis de Pamplona, España.






domingo, 20 de octubre de 2019

Tenemos puesta nuestra fe, 29º del Tiempo Ordinario, Ciclo C

29º del Tiempo Ordinario, Ciclo C
Éxodo 17,8-13; Salmo 120; Timoteo 3,14–4,2; Lucas 18,1-8
20 de octubre de 2019

P. Chava, SVD
Orar y tener confianza en Dios en todo momento. Las lecturas de este domingo nos invitan a creer y en confiar en la ayuda incondicional de Dios para superar nuestras dificultades; un camino para implorar la ayuda de Dios es la oración hecha con fe.

En el libro del Éxodo Josué y Moisés con la ayuda de Dios ganan la batalla a Melec. Es una balla llena de emoción y simbolismo. Pues esta en juego la supervivencia de un pueblo y de un territorio, pareciera ser que la unión hace la fuerza; la balanza de la victoria se inclinó a los preparados para le guerra y que también tenían puesta su confianza en sus hombres y en la ayuda de Dios.

En la segunda lectura San Pablo se dirige a Timoteo, le recuerda el tesoro que le fue dado con la transmisión de la fe, una herencia dada por su abuela y su madre.  Reconocer la religión como fundamento de la vida y de la sabiduría para poder vivir y alcanzar la vida eterna. Es el mayor tesoro que se puede tener y que se puede transmitir a las siguientes generaciones con la ayuda de las escrituras de la palabra de Dios y de los que dan fe de la ayudad de Dios en sus vidas.  

P. Chava, SVD
En el Evangelio de san Lucas explica Jesús que los discípulos no se tienen que desanimar con los problemas de la vida, por lo contrario, tienen que tener fe y tienen que expresar esa fe con la oración.  Ponen como ejemplo la perseverancia de la viuda para exigir al mal juez, para que le haga justicia. Ella consiguió lo que quería, nos dice Jesús y añade: pues cuanto más va hacer Dios por sus hijos que le piden con fe, es decir, Dios atenderá sus necesidades en su debido momento. Pero Jesús se pregunta si aun habrá fe, cuándo el vuelva de nuevo.

Tenemos puesta nuestra fe y confianza en el Señor, Él nos ayudará, a vivir y a sobrevivir de nuestros problemas. Aunque nos llenemos de miedo, de peligros, Dios está con nosotros y nos ayudará a salir adelante, veremos su poder y gloria al vernos salvados. Bendito sea Dios en todo momento, porque nuestro auxilio nos viene de Dios.

P. Chava, SVD
P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino, Párroco in solidum en Villatuerta, Estella, Diócesis de Pamplona, España.




domingo, 13 de octubre de 2019

Sáname Señor con tu Espíritu. 28º del Tiempo Ordinario, Ciclo C


28º del Tiempo Ordinario, Ciclo C

Reyes 5,14-17; Salmo 97; Timoteo 2,8-13; Lucas 17,11-19

13 de octubre de 2019






Sáname Señor con tu Espíritu. Conviérteme Señor con tu Espíritu. Purifícame Señor con tu Espíritu. Pues de ti Señor proceda la vida, la salud y el bienestar. Alabado sea mi Señor que con su amor me sana, me convierte y me purifica.



En la primera lectura de reyes el general Sirio Naamán que padece lepra, es sanado al bañarse en el río, un acto sencillo y con fe, le devuelve la salud y en consecuencia llega a una conversión, reconoce que la saludad no le llega por obra humana, sino por un milagro del Dios verdadero.



 En la segunda lectura, en la carta a Timoteo, san Pablo ya en la cárcel, por causa de predicar la Buena Noticia, experimenta una sensación de orgullo y de alegría por ser mártir, ser testigo de Dios. Pues le da más paz y satisfacción el sufrir por causa de Jesús, pues sabe que su fe es inquebrantable y que está dando un bien testimonio desde la cárcel, pues san Pablo es un hombre con convicción, pues sabe que sólo obedece y atiende los deseos de Dios, esto crea más seguidores de Jesús, dispuestos asumir todos los riesgos por su fe en Dios.



En el evangelio Jesús sana a diez leprosos, son mandados al pueblo para encontrar algún sacerdote para que certifique sus curaciones, pero sólo el de origen samaritano se regresa para darle las gracias a Jesús por el milagro de la curación, ya no hay lepra. Jesús reconoce al samaritano que ha sido curado, se obro un milagro, pero aun más Jesús admira que este samaritano es agradecido, con Dios y con Jesús, pues ha sido liberado de la enfermedad de la lepra. Sólo un diez por ciento reconoció que fue curado de la lepra por Dios.



En nuestras vidas tenemos que reconocer el don de la vida, que Dios nos regala todos los días. Hay que reconocer que Dios nos ama, nos ayuda y que esta en todo momento con nosotros, que tenemos todos debemos tener la fe y el valor de reconocer que con la ayuda de Dios todo es posible.



P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino, Párroco in solidum en Villatuerta, Estella, Diócesis de Pamplona, España.


domingo, 6 de octubre de 2019

Ten fe, 27º del Tiempo Ordinario – Ciclo C


27º del Tiempo Ordinario – Ciclo C

Habacuc 1,2-3;2,2-4; Sal 94; Timoteo 1,6-8.13-14;

6 de octubre de 2019

P. Chava, SVD

Tener fe, es un don de Dios. Dios nos trasmite la fe y nos la alimenta. Para seguir creciendo en la fe es necesario seguir unidos a Dios Uno y Trino, en una retroalimentación a través de la oración y de la vida misma, que nos da la ocasión de vivir nuestra fe en el día a día.



En la primera lectura el profeta Habacuc exalta el auxilio de Dios con una pregunta ¿hasta cuándo Dios? Ante la impotencia y la frustración, de no poder resolver el mal, se implora el auxilio de Dios.  El ser humano que tenga fe, confiara en la ayuda de Dios, para vencer el mal en el mundo.



P. Chava, SVD
En la segunda lectura los seguidores de san Pablo, son motivados a valorar y apreciar el regalo que Dios les dio, al trasmitirles la fe, y darles la autoridad de seguir trasmitiéndola, a las siguientes generaciones de cristianos; esto es por el rito de infusión del Espíritu Santo que es trasmitida: de persona a persona al imponer las manos sobre la persona de quien recibirá el Espíritu Santo.



En el evangelio: Jesús nos enseña que tener fe, Él nos explica que para vivir y hacer milagros en nuestras vidas, no es necesario tener una fe grande, basta con tener una fe del tamaño de una semilla de mostaza; queriendo explicar que a la fe, no se le mide por el tamaño, sino por la calidad de la fe en sí misma. Señor aumenta nuestra fe, para que podamos ser tus testigos en el mundo, hombres y mujeres con fe, que tramiten la fe y viven con fe.

P. Chava, SVD

Señor tenemos fe en ti Dios Uno y Trino, ayúdanos con tu Divina Providencia a siempre esperar de Ti: bendiciones, milagros y acciones que generan vida. Señor te servimos con fidelidad y estamos agradecidos de conocerte, pues de Ti procede la vida y esta vida se sigue nutriendo de Ti, Señor Dios nuestro. Te bendecimos y te damos gracias Dios por todos los bienes recibidos, te damos gracias por la fe que nos trasmitieron nuestros antepasados y que con alegría transmitiremos a nuestras generaciones.



P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino, Párroco in solidum en Villatuerta, Estella, Diócesis de Pamplona, España.