viernes, 26 de abril de 2019

Resucitó, 2º Domingo de Resurrección, Ciclo C



2º Domingo de Resurrección, Ciclo C

Hechos de los apóstoles 5,12-16; Sal 117; Apocalipsis 1,9-11a.12-13.17-19; Juan 20,19-31

Domingo, 28 de abril de 2019

P. Chava, SVD



Jesús resucitó y con Él todos los que tenían fe, mismo sin necesidad de pruebas, les bastaba tener fe. 

Ver para creer, en una sociedad marcada por lo sensible, donde la información y nuestro mundo es percibida por los cinco sentidos, me pregunto ¿necesitamos ver a Dios para creerle? Es el argumento de la razón dónde solo lo comprobable es creído y aceptado. ¿Pero qué pasa, con la gente que no vio a Jesús resucitado en persona? ¿Pueden dudar de su fe? O incluso de la existencia de Jesús. En el libro de los Hechos de los Apóstoles, vemos como Pedro y los demás discípulos hacían muchos milagros de curación y expulsión de demonios, en nombre de Jesús, a ellos acudían muchas personas para que sean curadas de sus enfermedades o liberadas de los demonios, que llegaban a poseerlas.  Por eso el que cree en Dios confía en Él en todo momento y por eso el creyente alabará a Dios con el salmo 117: “Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia”.



En el libro de Apocalipsis, Juan describe sus circunstancias: está en el destierro en la isla de Patmos, ahí en un domingo entró en éxtasis y vio a Jesús resucitado, y Él le pidió que escribirá las palabras y acontecimientos que vio en este éxtasis espiritual, por eso los creyentes vemos el libro de Apocalipsis, como el libro de la revelación.



P. Chava, SVD
En el Evangelio de san Juan, uno de los discípulos de Jesús duda sobre la resurrección de su maestro: es Tomas quien dijo que no va a creer en este hecho de la resurrección de Cristo, hasta que no toque las llagas de la crucifixión en el cuerpo de Jesús. Para gloria de Dios se muestra Jesús resucitado en medio de sus discípulos y le muestra a Tomas sus yagas, “no hay duda es Jesús quien ha resucitado de entre los muertos”, y Tomás comprendió que era verdad ante esto Jesús añade: “dichosos son los que creen sin haber visto”.  


En un mundo donde la fe y la religión, causan repudio para muchas personas; por eso los creyentes pueden ser abatidos por las críticas de los estudiosos, de los ateos, o los pertenecientes a  otra religión; sin embargo con las lecturas que hoy nos presenta la Iglesia ,nos ayudan a descubrir, que tener fe en Jesús, significa creer mismo sin ver; mismo sin evidencia; pues la confianza del creyente esta puesta en Dios, y sabe que Dios no le va engañar, sino todo lo contrario, Dios estará con él en las buenas y en las malas. Porque el sencillo y humilde de corazón verá a Dios; porque Dios se muestra en el día a día por medio de la fe, la caridad, la justicia, la paz y el amor que se vive en la comunidad de los creyentes; porque los cristianos fieles discípulos de Jesús, saben vivir su fe en el amor a Dios y a la humanidad. 


Recuerdo con mucho cariño en este mes  de abril de 2019, a  tres padres del Verbo Divino que están ya gozando de la presencia de Dios: P. Santi, P. Eugenio y P. Abadín ellos han vivido su fe al máximo y han dado gran testimonio con sus vidas, y por lo tanto, ya están viviendo la vida eterna y sé que resucitarán también junto con nuestro Señor Jesucristo, al final de los tiempos, con la parusía del Señor. Quizás en un tiempo no muy lejano nos encontraremos nuevamente en la presencia de nuestro creador Dios os bendiga amigos. P. Chava, SVD.


P. Chava, SVD

P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino, Vicario de la Parroquia Nuestra Señora de Altagracia, Diócesis de Madrid, España.

sábado, 20 de abril de 2019

Creer para ver, Domingo de Pascua de la Resurrección del Señor

Domingo de Pascua de la Resurrección del Señor

Hechos de los Apóstoles 10,34a.37-43; Salmo 117; Colosenses 3,1-4; Juan 20,1-9
21 de abril de 2019
P. Chava, SVD
Creer para ver, es el proceso para comprender el misterio de Dios en nuestras vidas. Pues, aunque la gran mayoría de los creyentes no son testigos oculares de lo que sucedió hace casi dos mil años con Jesús, sabemos que padeció, murió y resucito de entre los muertos; el kerigma se convirtió en la motivación principal de la expansión de la Iglesia por el mundo entero.

En Hechos de los Apóstoles, es Pedro, el porta voz de la tradición, porque él hace memoria de los acontecimientos ocurridos en el pueblo de Israel con Jesús de Nazaret.  Pues la muerte de Jesús en la cruz lejos de convertirse en una derrota se convierte en una victoria sobre el pecado; pues con su muerte nos limpió de nuestros pecados; confesar la fe en Jesús nos da vida eterna, y nos une a una nueva nación que se llama pueblo de Dios, es decir, la instauración del Reino de Dios en nuestra realidad, pues es Dios quien gobierna al donarse así mismo. Dios tiene autoridad sobre vivos y muertos y es tal autoridad porque tiene el poder de resucitar a Jesús de entre los muertos, por ende, tiene poder para dar la vida a todos los que confiamos en los designios de Dios. Por eso los nuevos cristianos pueden cantar el salmo 117: “Éste es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo”.



San Pablo en la carta a los colosenses exhorta a los nuevos cristianos a fijar su mirada y sus aspiraciones a los bienes de la eternidad, es decir, llegar a estar con Dios allá arriba en la casa del Padre y no concentrarse demasiado en los bienes que el mundo nos ofrece; que nos intensa seducir por sus valores: "económicos, de poder o de placer". Porque en Cristo morimos y en Él resucitaremos, por eso nuestra vida tiene que tener ese deseo de estar siempre unidos a Jesús. Tanto en nuestra vida terrenal como en la vida posterior a la muerte corporal.


En el evangelio de san Juan, nos narra la resurrección de Jesús con "la ausencia del cuerpo", significando que Jesús ya no está en el sepulcro, no porque se hayan robado el cuerpo, sino para que comprendamos que tenía que ser así, Jesús al tercer día tenía que resucitar, por eso el discípulo Juan: "vio y creyó"; Pedro creyó y los demás cristianos creemos en las profecías y en su cumplimento. Suena contradictorio, pero, es así, "como funciona la fe:" no necesitamos ver para creer, sino necesitamos creer para ver: “ver que Dios actúa en nuestras vidas sin que nos demos cuenta”; “que Dios siempre ha estado ahí y aunque no Lo veamos”, es real, Dios obra en el ser humano.  

P. Chava, SVD
En un mundo donde los sentidos se convierten en los jueces de la realidad, es decir, tengo que experimentar y comprobar los acontecimientos de lo contrario; lo que no veo, lo que no siento, lo que no verifico: “no existe o es cuestionado sin más”. Por eso surgen los ateos, los agnósticos y muchas otras clases de ritos que quieren suplantar la religión y la fe. Es aquí donde el cristiano cobra protagonismo, pues se convierte en el testigo vital de la fe en Dios, pues con su propia vida dirá: quién es Jesús, cuál fue su historia y su trascendencia en la humanidad. Sin duda hoy a nivel mundial hay millones de cristianos que dan fe de la resurrección de Jesús, y como con su pasión, muerte y resurrección cambio nuestras vidas para siempre, pues nos salvó del pecado para llevarnos a la casa del Padre, no sin antes invitarnos amar e instaurar el reino de Dios en la tierra, en nuestro mundo.
P. Chava, SVD
P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino, Vicario de la Parroquia Nuestra Señora de Altagracia, Diócesis de Madrid, España.






sábado, 13 de abril de 2019

Jesús me salvo, Domingo de Ramos, Ciclo C


Domingo de la Pasión- Ciclo C
Isaías 50,4-17; Salmo 21; Filipenses 2,6-11; Lucas 22,14–23,56
Domingo, 14 de abril de 2019 

P. Chava, SVD

Jesús me salvo. El chivo expiatorio es el ser sacrificado por el bien común, para purificar los pecados o culpas del pueblo o de un grupo de personas. Consiste en cambiar una vida por muchas, en sacrificar al inocente por el pecador. Eso fue lo que hozo Jesús por la humanidad, el dio su vida para salvarnos de nuestros pecados.




En el libro de Isaías, habla de la vocación que el profeta tiene para con su pueblo por orden de Dios: y es la de consolar y fortalecer al pueblo en tiempos de la esclavitud. En este pasaje nos narra la fortaleza espiritual y la fe, que tiene el siervo sufriente del Señor ante la opresión y humillación que recibe. Pero el siervo no se inmuta, pues es Dios quien lo fortalece en la desgracia, es Dios quien lo consuela y rescatará de en medio de tanto dolor. El pueblo de Israel en la calamidad recitará: el salmo 21 “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”.




En la carta a los Filipenses, se resalta las dos naturalezas de Jesús: la humana y la divina, pero Jesús siendo el Hijo de Dios se hizo uno como nosotros, un hombre lleno de fragilidades mostrando su condición humana; Jesús al asumir nuestra naturaleza nos une a Él, por eso con su muerte morimos y con su resurrección resucitamos, pues obedeciendo al Padre es como nos salvó, dando su vida por nosotros, nos rescató de la esclavitud del pecado, para devolvernos la dignidad de ser hijos de Dios.



P. Chava, SVD
 En el evangelio según san Lucas, recordamos la pasión de Jesús: el jueves por la noche es detenido y acusado de alta traición, pasando por un juicio oral, fue condenado a muerte, por injurias y mentiras de sus acusadores movidos por la envidia y el odio hacia Jesús. A Jesús sólo le queda asumir la tortura y carga con la cruz, hasta su suplicio en el lugar donde morirá para remisión de nuestros pecados. Es ahí donde pueblo realmente descubren que en verdad Jesús es hijo de Dios. Todos lloran su muerte hasta la naturaleza resiente la muerte de su Señor.




A largo de nuestra historia nos encontraremos a muchos inocentes que mueren por culpa de sus verdugos; experimentaremos la maldad hecha carne. Jesús lo hizo, muchos mártires, y luchadores por la paz y la justicia mueren a diariamente a manos del poder económico, político y religioso, con la excusa de mantener estatus y normas que los mantienen en su poder. Poro el inocente y el débil no debe tener miedo, pues cuenta con Dios para hacer un contrapeso, y de este modo traer la esperanza de que no todos son malos, que hay muchos que son justos y buenos, y que por ellos hay que luchar para mantener la vida del ser humano por encima de los valores económicos o de cualquier otro poder, que intenta acabar con el ser humano y sus derechos a la vida.

P. Chava, SVD
P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino, Vicario de la Parroquia Nuestra Señora de Altagracia, Diócesis de Madrid, España.




lunes, 8 de abril de 2019

Confía, 5º Cuaresma, Ciclo C

5º Cuaresma, Ciclo C
Isaías 43,16-21; Salmo 125; Filipenses 3,8-14; Juan 8,1-11
7 de abril de 2019

P. Chava, SVD
Quien confía en la misericordia de Dios se salvará. En la condición humana, siempre hay algo que cambia, siempre estamos con nuevas condiciones de vida y de trabajo, inclusive en condiciones pésimas como la esclavitud, la enfermedad, y la carencia económica, entre muchos otros posibles problemas. Pero quien confía en el Señor su vida la salvará.

En Isaías encontramos unas palabras de aliento frente a la calamidad que están viviendo en el exilio en Babilonia. Les hace recordar que Dios crea vida donde no la hay o es poco, como en el desierto, que se transformara y brotara nueva vida con los ríos que el Señor hará brotar, es una analogía de la bendición que hará caer Dios sobre su pueblo. Un pueblo que no vale nada, que muere, se convertirá en un pueblo poderoso y grandioso con la bendición de Dios.

Pablo esta agradecido con el Señor, y se pone como modelo de discípulo, que lo deja todo para seguir a Jesús y proclamar la buena noticia a nuevos territorios como es Filipos. Lo que tiene no es por merito propio, sino apenas una persona centrada en su meta que quiere completar en su vida, dejando atrás su pasado pecaminoso para esforzarse en correr hacia la meta que es Cristo, en un camino virtuoso hacia la santidad. 
P. Chava, SVD
En el Evangelio Jesús salva a una mujer de ser sacrificada, por acusaciones de adulterio, pide que quien este libre de pecado tire la primera piedra. Nadie lo hace, por tanto, nadie la condena, y Jesús termina liberando a aquella mujer de la muerte y del pecado.

En las lecturas encontramos misericordia y compasión de Dios para salvar a la humanidad de su autodestrucción. Porque el Señor donde hay muerte pone vida, y esperanza de futuro. Al unirnos a Dios nos fortalecemos en el Espíritu. Quién este unido a Dios tendrá vida eterna, y antes de que muera será testigo de Dios en el mundo, pues el Señor obrará maravillas en Él.

P. Chava, SVD
P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino, Vicario de la Parroquia Nuestra Señora de Altagracia, Diócesis de Madrid, España.

lunes, 1 de abril de 2019

Sentirnos amados, 4 Cuaresma, Ciclo C



4 Cuaresma, Ciclo C

Josué 5, 9a.10-12; Salmo 33; 2 Corintos 5,17-21; Lucas 15,1-3.11-32

31 a Marzo de 2019



P. Chava, SVD
Que hermoso es sentirnos amados y perdonados por Dios y además por nuestros semejantes. El amor de Dios es infinito y ese amor nos cubre y nos purifica. Por amor a la humanidad Dios envía a su hijo para reconciliarnos y purificarnos de nuestros pecados.




En la primera lectura Josué narra la transición del tiempo de la esclavitud en Egipto hasta la llegada de la tierra prometida, en Canaán. El maná dejo de existir, porque ya podían valerse por sí mismo del fruto de sus cosechas.  



En la carta a los Corintios san Pablo nos habla de la misericordia de Dios a través de la reconciliación que Jesús nos trae al donar su vida para así ser víctima sin mancha por su sacrificio purifica los pecados de la humanidad.



P. Chava, SVD
El evangelio nos muestra la misericordia de Dios, pues el Señor tiene más alegría por el hijo recuperado, que estaba muerto y ha vuelto a la vida, que estaba perdido y se ha encontrado, que se marcho de casa y ha vuelto a ella. Dios se alegra por todos sus hijos, sus bienes son suyos, pero su vida vale más que todos los bienes. No pide que acojamos con alegría. Que nuestros encuentros sean una fiesta. Que el perdón sea evidente al restablecer los lazos de amor y de fidelidad al hermano.



Las lecturas nos ayudan a purificar nuestra alma, cuerpo, mente y corazón, por tanto nuestros pensamientos, sentimientos y acciones tiene que ir dirigido a vivir, practicar anunciar y celebrar la misericordia de Dios. Pues dando su vida nos dio vida y purifico nuestros pecados.



P. Chava, SVD
P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino, Vicario de la Parroquia Nuestra Señora de Altagracia, Diócesis de Madrid, España.


La misericordia de Dios, 3 Cuaresma, Ciclo C


3 Cuaresma, Ciclo C

Éxodo 3,1-8ª.13-15; Salmo 102; 1 Corintios 10,1-6.10-12; Lucas 13,1-9

24 de Marzo de 2019



P. Chava, SVD
La misericordia de Dios nos alcanza y llega cuando menos lo esperamos. Pues Dios lo sabe todo, el Señor no telera la injusticia ni la falta de productividad.

  

En la primera lectura Moisés tiene una teofanía, “la Zarza ardiente”, será la manifestación de Dios, le pide que se descalce las sandalias, pues la tierra que pisa es sagrada. Moisés es enviado por Dios a que valla a Egipto, porque el Señor ha visto, oído y conoce las angustias del Pueblo de Israel en ese país. A Moisés se le mando a que hiciera frente al Faraón para liberar al Pueblo de Isarel de su esclavitud. Porque Dios sigue siendo padre del pueblo escogido, porque es padre de los padres de Moisés, añade yo soy te envía, y este nombre debe durar generación en generación.



En la segunda lectura nos habla de beber la bebida espiritual de la roca que es Cristo; san Pablo pide a los cristianos que no hay que codiciar el mal, porque luego la consecuencia será morir. El que sea creado autosuficiente, más vale que se cuide de no caer en el mal, puesto la arrogancia hace que la persona se confié que solo puede vivir y salvarse por sí solo sin la ayuda de Dios y de nadie.



P. Chava, SVD
En el evangelio, Jesús denuncia la falta de criterio de comprensión ante las desgracias de las personas, puesto se pensaba que toda persona que sufría infortunio era porque se lo merecía por causa de sus pecados. Es un ejemplo de cómo nos dejamos influenciar de la maldad del colectivo. Higuera que no da fruto nos representa, por eso Jesús defiende la higuera, prometiendo ayudarla y si la higuera no da fruto, ni siquiera con la ayuda que se le dio de nuevo entonces si perecerá. Lo mismo sucederá con el creyente que no de fruto.

  

Es grandioso sabernos perdonados y amados por Dios. El amor de Dios es tan grande que todos los días a lo largo de nuestras vidas nos da detalles de su misericordia y de su compasión de Padre para con todos sus hijos.

P. Chava, SVD
 P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino, Vicario de la Parroquia Nuestra Señora de Altagracia, Diócesis de Madrid, España.