jueves, 24 de diciembre de 2015

Una nueva vida puede cambiarlo todo: Natividad del Señor.

Belén, Virgen del Alba, P. Chava, SVD
Natividad del Señor
Isaías 52,7-10; Salmo 97; Hebreos 1,1-6; Juan 1,1-18
Viernes, 25 de diciembre de 2015

Una nueva vida puede cambiarlo todo. Así le pareció a Dios, mostrarse a su creación, hacer un antes un después del nacimiento de Jesús. Los cristianos se lo tomaron muy enserio, que desde entonces marcaron la era cristiana desde la fecha probable del nacimiento de Jesús.

Isaías, da una gran alegría, Dios nuevamente rescata al Pueblo de Jerusalén de la humillación, los fortalece con la esperanza de mejoría con la presencia de Dios; esta presencia es eminente con la llegada de los mensajeros de paz que bajan de los montes, por ellos han visto el rostro de Dios y transmiten su mensaje de liberación al Pueblo de Israel. Por eso el Salmo 97 invita al pueblo a reconocer: Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios”.

En la carta a los Hebreos, nos describe la primogenitura de Jesús, como el engendrado y no creado por Dios, como lo afirmamos en el credo que rezamos en las misas. Jesús nos revela de primera mano los designios de Dios, antes apenas teníamos interlocutores que interpretaban la voluntad de Dios, ahora es el mismo Verbo Divino que nos revela la esencia de Dios: “el amor”.

P. Chava, SVD
En el evangelio Juan, nos narra la teología de las primeras comunidades cristianas, nos describen la revelación fundamental de Dios: que Jesús también es Dios, porque desde antes de todo lo creado: “Jesús el Verbo Divino” ya existía con Dios, que juntos crearon cuanto conocemos; el Verbo Divino es la luz que vence las tinieblas: del oído, del pecado, de la muerte, del egoísmo, para rescatarnos e iluminarnos con su presencia, poniendo el énfasis en el amor a Dios, a los seres humanos y todo lo creado; y el Verbo se hizo carne y habito entre nosotros: la encarnación de Dios en Jesús, es la mayor gloria de Dios, pues ha venido a quedarse con su pueblo, y desde entonces los que creemos en Él participamos de la dicha de llamarnos hijos de Dios.

La parte lúdica del ser humano exige: organizarse para reunirse con otros, formar un rito para celebrar una fiesta, buscar experiencias que marcan la vida y con esto crear una tradición. El problema es cuando se rompe el sentido de celebración y se corrompe a las nuevas generaciones, distrayéndolas con otras novedades que su inicio fin es enriquecerse o buscar poder, para los organizadores.

Por eso el cristiano debe tener muy en cuenta: ¿por qué celebra la navidad? Porque el cristiano celebre la navidad como el acontecimiento que transformo la realidad. El Verbo Divino se ha encarnado, el Hijo de Dios ha nacido en Belén en un pesebre al lado de sus padres, unos animales, y ah él vinieron muchos a visitarles entre ellos los pastores (Lucas 2, 1-20), “los sencillos de Dios”, fueron los que vieron a Dios, al Verbo Encarnado. Porque Dios puso su tienda entre nosotros (Juan 1,14) y Jesús es nuestra mayor alegría. ¡Ha nacido nuestro salvador!



P. Chava, SVD
P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino, Vicario de la Parroquia Virgen del Alba, Alcorcón,   (Diócesis de Getafe),  Madrid, España. 

 

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