domingo, 2 de junio de 2019

Jesús vuelve a la casa,

Ascensión del Señor, Ciclo C

Hechos de los apóstoles 1,1-11; Salmo 46,2-3.6-7.8-9; Efesios 1,17-23; Lucas 24,46-53
Domingo, 8 de mayo de 2016 
P. Chava, SVD
Jesús vuelve a la casa de su Padre que es Dios; desde los inicios de la humanidad descubrimos que somos seres finitos, que algún día tendremos que morir, tendremos que regresar a la casa Paterna, es decir, volver a Dios que es nuestro Padre.

En Hechos de los Apóstoles, san Lucas explica a Teófilo sobre el origen de la comunidad cristiana, y como Jesús después de resucitar asciende al cielo en presencia de sus discípulos; además promete que mandará al Espíritu Santo para que dejen de tener miedo y comiencen la evangelización.  Por eso el pueblo cantará con fe: Salmo 46 “Dios asciende entre aclamaciones; el Señor, al son de trompetas”. San Pablo a la carta de los Efesios, resalta la recompensa que Dios le concedió a Jesús por ser obediente hasta el extremo de dar su vida para salvar a la humanidad: Lo resucito de entre los muertos; le dio poder en el cielo como en la tierra; su nombre será conocido y transcenderá por los siglos de los siglos, de generación en generación.

San Pablo a la carta de los Efesios, resalta la recompensa que Dios le concedió a Jesús por ser obediente hasta el extremo de dar su vida para salvar a la humanidad: Lo resucito de entre los muertos; le dio poder en el cielo como en la tierra; su nombre será conocido y transcenderá por los siglos de los siglos, de generación en generación.

P. Chava, SVD
En el evangelio de Juan, los discípulos se despiden de su maestro dando gloria a Dios por ser testigos de esta verdad: conocer a Jesús es conocer al hijo de Dios y ahora tendrán que ir al mundo impulsados la fe en Jesús para proclamar la salvación del ser humano, a partir de la construcción del Reino de Dios. Porque ya Dios los tenía planeado desde hacía siglos, plan de salvación de la humanidad, de su autodestrucción, y tanto Jesús como el ser humano tendrán que implementarlo con nuestras vidas, para salvar al hombre del mismo hombre.

Dios nos llama para ser sus testigos con nuestras vidas para: amar, perdonar, servir, compartir, en fin Dios nos usa como instrumentos de salvación, pero antes tenemos que comprender cuál es su voluntad; por eso Señor salvamos con tu amor, ayúdanos hacer de este mundo el Reino que deseas: un Reino de paz, amor y justicia, por tanto el Reino de Dios es nuestra tarea y estar con Dios es nuestra meta; como el cumplir la voluntad de Dios así como lo hizo Jesús, que dio su vida para salvarnos: para  que se termine el odio, el egoísmo y tantos males que el mismo hombre provoca.

P. Chava, SVD
P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino, Vicario de la Parroquia Nuestra Señora de Altagracia, Diócesis de Madrid, España.






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