viernes, 14 de diciembre de 2018

Alegrarse con el otro, 3º de Adviento, Ciclo C

3º de Adviento - Ciclo C
Sofonías 3,14-18ª; Salmo Is 12,2-3.4bed.5-6; Filipenses 4,4-7; Lucas 3,10-18
9 de diciembre de 2018

P. Chava, SVD

 
Alegrarse con el otro, es alegrarse porque el otro es feliz, y esto es amor. Nacemos por amor, somos el fruto del amor de Dios, porque fuimos pensados y hechos por el Señor, por tanto, “Somos amados” porque somos sus hijos en medio de un mundo hecho por Él; Desde el seno familiar nos enseñan amar y respetar a la familia, a los amigos, y a toda la gente que vamos conociendo a lo largo de la vida. Comparto el amor de Dios cuando amo, y hago que los demás sean felices con ese amor.


P. Chava, SVD

El profeta Sofonías exalta la gran liberación para el pueblo de Israel, pues el Señor volverá a reinar a su pueblo con fuerza y poder, Israel será liberado de la esclavitud nuevamente. Habrá un gran jubileo espectacular. Por eso el pueblo de Israel Gritaran jubilosos: “Qué grande es en medio de ti el Santo de Israel”.
San Pablo insiste a los filipenses, que estén alegres, pues ya se acerca su Señor. Dios los oye y acompaña en sus oraciones y en el día a día, que sus corazones confirmen su confianza en el Señor.
Juan el Bautista comienza el anuncio de la Buena Nueva, la gente cree en su mensaje y cree que también es el Mesías, pero Juan aclara que no lo es, y añade  que Él que viene bautizará con Espíritu Santo; los que acuden a Juan reciben el mensaje del profeta para no ser corruptos y si horados en sus actividades ordinarias. 
En un mundo tan competitivo el amor y la solidaridad poco se ve, de hecho se crea una mala competitividad donde el rival más débil es separado del grupo; aniquilado y olvidado por la conveniencia de los fuertes; pues ellos no toleraran al distinto y al débil.
P. Chava, SVD
 El Señor nos invita a crear lazos de unión y liberación; Jesús cambia mi realidad cuando lucho por el otro; cuando pongo lo mejor de mi parte para superar las barreras raciales, socioculturales,  de religión e idioma; cuando soy capaz de amar al otro y la otra, porque son parte de mí; porque son también hijos de Dios, es decir, son mis hermanos y hermanas en Cristo y en el Espíritu.
P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino, Vicario de la Parroquia Nuestra Señora de Altagracia, Diócesis de Madrid, España.

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