Malaquías 1,14–2,2b.8-10; Salmo 130; 1 Tesalonicenses 29,7b-9.13; Mateo 23,1-12
5 de noviembre de 2017
P. Chava, SVD |
En la primera lectura
Malaquías, en su época, acusa a los sacerdotes y dirigentes, por romper la alianza de Dios
con su pueblo en la manera de no enseñar al pueblo: “dar gloria a Dios”; porque
los lideres como los sacerdotes tienen al pueblo haciendo otras cosas, que no es lo que espera Dios, sobre su
pueblo; No olvidemos que: con un buen guía o no, el Señor es quien nos salva por eso cantemos el Salmo 130 “Guarda
mi alma en la paz, junto a ti, Señor”.
En la segunda lectura san Pablo se siente orgulloso, por los frutos de su cariño y entrega que hizo con los Tesalonicenses, porque ellos recibieron: “la Palabra de Dios” como la verdad en sus vidas, operante en sus vidas, es decir, la hacen realidad.
P. Chava, SVD |
En el evangelio Jesús
pide a sus discípulos para que sean personas coherentes con su fe, que la mejor
forma de vivir la religión es: "al servicio de las personas", desde la humildad y no
desde el egoísmo y la soberbia. Para evitar el mal ejemplo de algunas personas
expertas en la fe que no cumplen con lo que enseñan.
Superar la hipocresía, la
falta de coherencia dentro de la fe, es tarea de quien quiere vivir y llegar a
la santidad, para esto tiene que estar capacitado para ser un servidor con
humildad y que su única motivación que es amar a Dios y su prójimo.
P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino, Vicario de
la Parroquia Nuestra Señora de Altagracia, Diócesis de Madrid, España.
P. Chava, SVD Jesús nos enseña a aprender de Dios. |
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