martes, 27 de septiembre de 2016

Con Dios todo lo puedo en Él, 27º del Tiempo Ordinario – Ciclo C

P. Chava, SVD
27º del Tiempo Ordinario – Ciclo C
Habacuc 1,2-3;2,2-4; Sal 94; Timoteo 1,6-8.13-14;
Domingo, 2 de octubre de 2016

Con Dios todo lo puedo en Él. ¡Qué nada nos turbe!, ¡qué nada nos espante!, ¡sólo Dios basta! Quien confía en Dios no queda defraudado. Confía en Él, y en su santa voluntad; en su divina providencia.

En la primera lectura el profeta Habacuc consuela a los que sufren desgracias por medio de la fe en Dios. Pues a pesar de los diversos problemas que tienen ellos serán consolados y sostenidos por Dios. Sal 94  Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón”.

P. Chava, SVD
En la segunda lectura Pablo motiva a Timoteo y a la comunidad cristiana en tomar conciencia del don de Dios que han recibido de manos de Pablo, al imponerles las manos y transmitir el Espíritu Santo sobre ellos. Que tengan valor para tomar la cruz y dar testimonio de Jesús en medio del pueblo, que muestre un espíritu de energía, amor y buen juicio; que vivan con fe y amor en Cristo Jesús; que guarden y transmitan la fe depositada en ellos.

En el evangelio Jesús da dos enseñanzas a sus discípulos: la primera hay que tener fe para poder conseguir todo cuanto queramos.  La fe en Dios, es el mayor potencial para realizar milagros y cosas extraordinarias como el hecho de decirle a un árbol que se arranque y se arroje al mar. Imposible que suceda con solo palabras, pero para Dios no hay imposibles. En segundo lugar hay que cumplir la voluntad de Dios en todo momento y descubrir que todo lo que hemos hecho es gracias a Él, porque Él es quien nos conduce, nos ilumina y nos guía en la vida, sólo hemos hecho su voluntad. Por eso con humildad agradeceremos todo lo que Dios nos da y todo lo que llegaremos hacer o ser, gracias a Él.

Sólo Dios basta para ser feliz, para realizarnos como personas, para llegar a nuestra plenitud como seres humanos. Pues nuestra felicidad está unida a Él. Con la ayuda de Dios todo se puede conseguir. Hay que tener fe, para cumplir su voluntad y tener ojos de fe para descubrir su acción salvadora en nuestras vidas.

P. Chava, SVD
P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino, Vicario de la Parroquia Nuestra Señora de Altagracia, Diócesis de  Madrid, España.


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