P. Chava, SVD |
Amós 6,1a.4-7; Sal 145; Timoteo 6,11-16; Lucas 16,19-31
Domingo, 25 de septiembre de 2016
¿Cómo
ganar la vida eterna? Hoy en día hay muchas ofertas para responder a esta
pregunta, pero sin duda la fe cristiana educa a sus fieles en el seguimiento a
Dios, como pueblo de Dios. En la escucha, reflexión y aplicación de la palabra
de Dios en la vida diaria. El Señor es un Dios misericordioso y pide
misericordia antes que los sacrificios. Pide amor, fe, justicia entre los
suyos.
En la
primera lectura el Profeta Amós hace una denuncia de la corrupción del pueblo
de Israel. Se ha vendido claramente, ha perdido las tradiciones y corrompe el
corazón del pueblo al confiar en otras divinidades. Por eso el pueblo tiene que
volver a Dios y recomenzar su alianza con Dios por eso cantará el salmo 145: “Alaba, alma mía, al Señor”.
P. Chava, SVD |
En
segunda lectura San Pablo recomienda Timoteo y a la comunidad cristiana en practicar
la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la delicadeza con el
prójimo. Que combatan al mal con fuerza del bien de la fe. Que conquisten la
vida eterna a la que fueron llamados, porque al hacer todo esto se convertirán
e testigos vivos de Jesús, a él todo poder y toda gloria por los siglos de los
siglos.
En el
evangelio según san Lucas, narra lo que dijo Jesús a los fariseos sobre el rico
y el pobre de Lázaro. Termina la historia convenciendo a los interlocutores que
Abrahán afirma que para ganar la vida hay que escuchar y poner en practica:
"a Moisés y a los profetas." Porque de lo contrario aunque resucite
un muerto los necios no creerán y no se convertirán.
P. Chava, SVD |
P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino, Vicario de
la Parroquia Nuestra Señora de Altagracia, Diócesis de Madrid, España.
No hay comentarios:
Publicar un comentario