domingo, 9 de noviembre de 2014

Lo sagrado


Basílica de Letrán
Ezequiel 47,1-2.8-9.12; Salmo 45; Corintios 3,9c-11.16-17; Juan 2,13-22
 9 de noviembre de 2014

 

P. Chava
Lo sagrado, es todo aquello que reservamos por ser especial. Dentro de nuestro ser como cristianos reservamos, lugares, objetos, personas que nos servirán de enlace con lo divino, es decir con Dios. El cristiano es religioso por naturaleza, es un hombre o mujer de costumbres, ritos y tradiciones, recibidas o creadas por el mismo para que le ayude a entablar un diálogo amoroso con su creador en una mezcla de oración, cantos y gestos que le permitan profundizar su fe y su ser Iglesia en comunidad.

 Ezequiel, describe la bendición de Dios mediante el templo, lo hace con el símbolo del agua que da vida a todo cuanto toca. La fe puesta en Dios trae esperanza de prosperar, de ser bendecido, santificado, curado, perdonado, vivificado en el Señor, en recompensa  a un culto agradable a Dios. Como dice el Salmo 45 El correr de las acequias alegra la ciudad de Dios, el Altísimo consagra su morada.

P. Chava, SVD
Pablo, nos recuerda lo sagrado que es el cuerpo y el alma del ser humano, es decir, ambos son una misma unidad. Por eso el cristiano que vive en un mundo inmoral, donde todo vale, y el gran valor del ser humano es satisfacer sus placeres. El problema de este valor es la consecuencia que trae: el deseo desenfrenado por lo general destruye a quien no sabe medir sus pasiones; por eso es importante valorar la vida, la propia vida, y que quede claro que cada persona es responsable de sus actos. San Pablo nos afirma que somos templo del Espíritu Santo, por tanto debemos respetar este templo, por amor a Dios y a uno mismo.

 
Jesús, expulsa a los vendedores de ofrendas y a los cambistas, que trabajaban en el templo. Lo hace para purificar el corazón del hombre y de la mujer, que se deja guiar por un mundo marcado por el comercio y el consumismo; que comercia con todo incluso con la fe de las personas, además de no respetar el lugar sagrado, insiste Jesús que todo ese comercio no es grato a Dios, que hay que respetar la casa de Dios, el lugar sagrado preparado para Él.   

 Todos necesitamos tener nuestro espacio, nuestro tiempo, nuestros gestos que nos permiten trascender en día a día. Las lecturas nos ayudaron a comprender el misterio de lo sagrado, de lo especial que es Dios en nuestras vidas. Como seres en relación, descubrimos lo que nos une a Dios es la “fe profesada en aquel que nos dio la vida y este mundo maravilloso”, por eso queremos dedicarle parte de nuestra vida en acción de gracias. Dios bendito, gracias por ser amor, gracias por ser vida, gracias por ser parte de mi historia, te amo.
P. Chava, SVD

 

P. Chava, SVD, Misionero del Verbo Divino, Vicario de la Parroquia Virgen del Alba, Alcorcón, (Diócesis de Getafe),  Madrid, España.

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