Lecturas del Bautismo del Señor - Ciclo B
Isaías 42,1-4.6-7; Salmo 28; Hechos de los Apóstoles 10,34-38;
Marcos 1,7-11
Domingo, 11 de enero de 2015
P. Chava, SVD |
Domingo, 11 de enero de 2015
Bautismo
es de los sacramentos de iniciación cristiana, estos sacramentos tienen la bendición
de Dios, pues nos unen a Él por medio de la “gracia”. Por eso el bautismo
cristiano es “uno” y es para toda la vida. Todo bautizado se incorpora a la
Iglesia y se une a Cristo por una eternidad.
P. Chava, SVD |
Isaías, dice el oráculo del Dios sobre el “elegido”
del Señor, que va a liberar y guiar al pueblo de Israel después del exilio en Babilonia, renovando así
la alianza de Dios con su pueblo, estás mismas actitudes y señales de libertad los
cristianos se lo atribuirán al Mesías, es decir
a Jesús; se augura y señala a Cristo como el nuevo libertador, el que
nos guiará y salvará, por eso hay que confiar en Él como dice el Salmo 28: “El Señor bendice a su pueblo con la paz”.
Pedro, describe la nueva alianza de Dios con la
humanidad: pues Dios ya no sólo elige
a un pueblo sino abre las fronteras y queda más explicito que el pueblo de Dios
no depende de la sangre o del territorio de un pueblo sino del que se ciñe a su
voluntad y vive conforme a la justicia de Dios, es decir la salvación es
universal. El Reino de Dios comenzó con el bautismo de Jesús y su propagación
de la Buena Nueva, con signos de libertad, pues Jesús fue ungido por Espíritu Santo
y Dios permanecía en Él con ese poder Jesús nos trajo libertad, esperanza, amor
y fe.
Juan,
bautiza a Jesús en el río Jordán, pedía que el pueblo se arrepintiera
de sus pecados, y como signo de conversión les bautizaba con agua del río. Pero
Juan reconoce que Jesús es más que él, porque el bautiza con agua, pero Jesús
lo hará con el mismo Dios, es decir: con el Espíritu Santo. Jesús con humildad,
sin tener pecado se deja bautizar por Juan, después de salir del agua, nos describe
Marcos que Jesús fue ungido por Dios, con el Espíritu Santo y con su misma
bendición al reconocer a Jesús como su enviado, como su hijo, en el que recae
toda bendición y transmisión de Dios. Desde entonces los cristianos repetimos
el mismo acontecimiento con el sacramento de bautismo.
P. Chava, SVD |
Como
vemos el bautismo tiene mucho valor e importancia en la historia de la
humanidad, pues es un sacramento que tiene su base en Dios, pues
es Dios que nos dice como permanecer
unidos a Él: “en la Santísima Trinidad”. Cuando nos bautizan dicen esta fórmula
trinitaria: “Yo te bautizo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”.
Dios permanece en el creyente bautizado por la gracia de Dios y el creyente se
une a Dios por toda una eternidad, porque es ungido por el mismo Dios.
P. Chava, SVD, Misionero del Verbo Divino,
Vicario de la Parroquia Virgen del Alba, Alcorcón, (Diócesis de Getafe), Madrid, España.
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