sábado, 7 de septiembre de 2024

23º Tiempo Ordinario, Ciclo B

23º Tiempo Ordinario, Ciclo B
Isaías 35, 4-7ª; Salmo 145; Santiago 2, 1-5; Marcos 7, 31-37
8 de septiembre de 2024

P. Chava, SVD
 
El Señor dará su auxilio, en un mundo donde se destruye los bienes naturales, hay guerras, hambre, etc. donde el más fuerte en poder económico dicta las leyes. Como creyentes deseamos: ¡Qué Dios, nos liberé del mal que produce el ser humano!
 
Isaías, dice a los cobardes de corazón que sean fuertes y que ya no teman, pues el mismo Señor los salvará y Él reparará los daños. Pone como señal: lo que era imposible, se hará realidad; donde había sequía, surgirá el agua; donde había un daño físico, se restaurará como, por ejemplo: el ciego verá, el mudo hablará, el sordo oirá, y hasta el cojo brincará.
P. Chava, SVD
 
Santiago, dice que no hay que vivir la liturgia con distinciones humanas, donde tratamos bien a las personas por su apariencia, poder y opulencia, en vez de eso hay que tratarlas con generosidad incluso a los que no tienen nada que dar, es más dice que: ¡los pobres!, son los privilegiados del Señor; ellos serán pobres en muchas cosas, pero Dios los sacará de su pobreza para hacerlos ricos en la fe y ellos serán los herederos del Reino de los Cielos, y a todos los que aman a Dios.
Jesús pasó por el Territorio de Tiro, en Sidón, camino hacia el lago de Galilea, atravesando la Decápolis, ahí obraría un gran milagro: “hacer oír y hablar a un sordo mudo”, cumpliendo la promesa de Dios, el poderoso símbolo de liberar al pueblo de Israel, lo habíamos oído en Isaías, el Señor da vida, salud y libertad, hay que creer en su misericordia y en su presencia en medio de su pueblo. Así como vemos que Jesús va evangelizando fuera de los territorios judíos. Jesús nos libera, es cuestión de tener fe en Él.
 
P. Chava, SVD
Dios da libertad, da seguridad y restablece lo creado. Muestra su poder de dar vida en situaciones de muerte. Por eso la comunidad cristiana tiene que imitar a Dios, en crear esperanza en situaciones de muerte, ayudar a los necesitados, educar al ignorante, dar de comer al hambriento, así ir sanando los corazones de tanta gente que sufre la falta de hogar, paz, trabajo, pan, etc.; el cristiano se convierte en los pies, brazos, manos, boca y ojos de Dios cuando consuela y sana al que sufre.
 
P. Chava, SVD. Es Misionero del Verbo Divino. Párroco de la parroquia Nuestra Señora del Carmen, Diócesis Sevilla, España. 

 


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