lunes, 1 de abril de 2019

Sentirnos amados, 4 Cuaresma, Ciclo C



4 Cuaresma, Ciclo C

Josué 5, 9a.10-12; Salmo 33; 2 Corintos 5,17-21; Lucas 15,1-3.11-32

31 a Marzo de 2019



P. Chava, SVD
Que hermoso es sentirnos amados y perdonados por Dios y además por nuestros semejantes. El amor de Dios es infinito y ese amor nos cubre y nos purifica. Por amor a la humanidad Dios envía a su hijo para reconciliarnos y purificarnos de nuestros pecados.




En la primera lectura Josué narra la transición del tiempo de la esclavitud en Egipto hasta la llegada de la tierra prometida, en Canaán. El maná dejo de existir, porque ya podían valerse por sí mismo del fruto de sus cosechas.  



En la carta a los Corintios san Pablo nos habla de la misericordia de Dios a través de la reconciliación que Jesús nos trae al donar su vida para así ser víctima sin mancha por su sacrificio purifica los pecados de la humanidad.



P. Chava, SVD
El evangelio nos muestra la misericordia de Dios, pues el Señor tiene más alegría por el hijo recuperado, que estaba muerto y ha vuelto a la vida, que estaba perdido y se ha encontrado, que se marcho de casa y ha vuelto a ella. Dios se alegra por todos sus hijos, sus bienes son suyos, pero su vida vale más que todos los bienes. No pide que acojamos con alegría. Que nuestros encuentros sean una fiesta. Que el perdón sea evidente al restablecer los lazos de amor y de fidelidad al hermano.



Las lecturas nos ayudan a purificar nuestra alma, cuerpo, mente y corazón, por tanto nuestros pensamientos, sentimientos y acciones tiene que ir dirigido a vivir, practicar anunciar y celebrar la misericordia de Dios. Pues dando su vida nos dio vida y purifico nuestros pecados.



P. Chava, SVD
P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino, Vicario de la Parroquia Nuestra Señora de Altagracia, Diócesis de Madrid, España.


No hay comentarios:

Publicar un comentario