Isaías 53,10-11; Salmo 32; Hebreos 4,14-16; Marcos 10,35-45
21 de octubre de 2018
P. Chava, SVD |
Entregar la
vida, el sacrificio no se
puede entender sin una lógica, un propósito, un ¿por qué? Las lecturas de hoy
nos tratan de explicar el sacrifico y el sufrimiento con sentido, pues el
pueblo de Israel paso momentos muy difíciles en el exilio, san Pablo nos
describe la entrega de Jesús para salvarnos y el mismo Jesús dice que hay que
dar la vida para el bien común. Cuando entregas tu vida por amor a los demás
cualquier sacrificio se puede entender.
En el libro de
Isaías, el siervo que entrega su vida lo hace para expiación del pueblo
escogido por Dios. Salmo 32 “Que tu
misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti”.
En la carta a los
Hebreos, Jesús es quien asume la condición humana menos en el pecado para poder
dignificar al ser humano, rescatándolo del pecado y llevarlo así a la
purificación de sus pecados, para alcázar la misericordia de Dios.
P. Chava, SVD |
En el Evangelio Jesús
insiste en que el hijo del hombre vino para servir y para dar su vida en
rescate del mundo. Lo mismo tiene que aspirar sus discípulos, que no les gane
la tentación del poder y del dinero.
La vida entregada
es una vida bien vivida, una madre entrega su vida para salvar a sus hijos, un
padre se esfuerza al máximo para el bienestar de su familia, unos hijos hacen
lo posible para dar dignidad de vida a sus padres, y hay gente que es capaz de
pensar no solo en su familia sino en una comunidad y un pueblo, son capaces de
darlo todo para que tengan vida. Jesús nos invita al servicio y al sacrificio
para dar vida a la humanidad.
P. Chava, SVD |
P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino, Vicario de la Parroquia
Nuestra Señora de Altagracia, Diócesis de Madrid, España
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