jueves, 13 de septiembre de 2018

El dolor de los que sufren, 24 Tiempo Ordinario, Ciclo-B

24 Tiempo Ordinario, Ciclo-B
Isaías 50,5-9ª; Salmo 114; Santiago 2,14-18; Marcos 8,27-35
16 de septiembre de 2018

P. Chava, SVD
 
En un mundo donde el dolor de los que sufren es tan evidente, donde las decisiones se tienen que hacer pensando en todas las consecuencias, y muchas veces se escoge el mal menor: “el mal que haga menos daño”. El Señor no apenas nos pide un poco de nosotros sino una totalidad, todo nuestro ser, es decir, lo que somos y lo que tenemos.

Isaías que vivió el exilio del pueblo de Israel en Babilonia trata de consolar al pueblo al narrarles sobre: “el siervo fiel que sufre ultrajes”, pero este siervo es consolado con la presencia de Dios. Pues en su debilidad es fuerte con Dios. Y sólo le basta sentir la presencia de Dios para salir de la tribulación con una gran fortaleza en el Señor. Por eso cantaran los fieles al Señor el Salmo 114 Caminaré en presencia del Señor en el país de la vida.
 
P. Chava, SVD
Santiago predica que la fe se demuestra con las obras de caridad al hermano que está desprotegido. Pues la comunidad cristiana tiene que ser modelo de humanidad, de caridad, de fe, no podemos vivir indiferentes ante el dolor y sufrimientos de nuestros hermanos que les faltan cosas para vivir con dignidad.

Jesús anuncia en la forma en que Él ha de morir y añade que quien quiera ser fiel al Señor y salvarse, tiene que renunciar a su vida y cargar con su cruz. La ironía es que donando la vida es como se salva la vida, pues quien entrega su vida por amor a Jesús y su mensaje de salvación, obtendrá la vida eterna y seguirá unido a Cristo.

La vida entregada del cristiano es una vida vivida en el amor, y fidelidad a Dios y a la humanidad, pues quien lo da todo, salva a la humanidad de olvidarse del hombre que tiene menos que él. Estamos viviendo tiempos difíciles, donde tenemos que sacar lo mejor que tenemos: el amor al prójimo y a Dios.

P. Chava, SVD
P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino, Vicario de la Parroquia Nuestra Señora de Altagracia, Diócesis de Madrid, España.

1 comentario:

  1. Muchas veces no pensamos como Dios piensa. Pido a Dios me ayude a comprender día a día su mensaje, y aprender a comprender también a los demás, en estos tiempos difíciles que vivimos.

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