viernes, 21 de octubre de 2016

¡Oh Señor! Escucha nuestras voces, 30º del Tiempo Ordinario, Ciclo C

P.  Chava, SVD
30º del Tiempo Ordinario,  Ciclo C
Eclesiástico 35,12-14.16-18; Salmo 33; 2 Timoteo 4,6-8.16-18; Lucas 18,9-14
Domingo, 23 de octubre de 2016

¡Oh Señor! Escucha nuestras voces, acude a nosotros en nuestro auxilio, porque sólo en ti podemos confiar para salvarnos. Sólo tú puedes interceder por nosotros. Sólo tú Señor eres el verdadero Dios que nos salva y nos redime de nuestras faltas.

El libro del Eclesiástico describe las cualidades de Dios como juez: Él mismo Señor es imparcial, escucha las suplicas y los gritos de sus fieles; imparte la justicia a su tiempo; de manera especial a los más necesitados son los que acuden a Él para que se les haga justicia; porque Dios así lo hace. Por eso el creyente debe tener fe y confianza en la justicia de Dios y cantará el salmo 23 “Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha”.

P. Chava, SVD
En la segunda lectura san Pablo se dirige a Timoteo y su comunidad cristiana para desahogarse y ponerse como ejemplo de fidelidad y perseverancia en el Señor mismo; porque muchos le dieron la espalda y se olvidaran de los esfuerzos de Pablo para evangelizar y en recompensa solo recibió el olvido y la ingratitud por parte de los hombres. Por eso Pablo se pone de ejemplo de perseverancia pues mismo en las penurias de la vida y de la soledad, Pablo se siente orgulloso de ser fiel a Jesús y como un atleta a vencido el sufrimiento por el amor a Dios.

Jesús en el pasaje del Evangelio educa a sus discípulos y pone una historia como ejemplo de el verdadero modo de vivir la religión; porque delante de Dios nadie puede aparentar santidad y sentirse orgulloso por eso, pues en la realidad Dios sabe qué es lo que hay en los corazones y en las mentes de las personas; por eso quien consigue ser perdonado y justificado por Dios es el que se humilla y reconoces sus pecados delante de Dios.

En un mundo tan violento donde la ausencia de Dios en algunos momentos de nuestra vida se torna un tormento, descubrimos que nunca se fue, sino que siempre estuvo ahí, Dios es fiel a sus hijos, está en los mementos buenos como en los malos. ¡Es más!, en los momentos más humillantes de nuestra vida, por mencionar algunos: cuando nuestros seres queridos se van; cuando nos quedamos sin dinero; sin fuerzas; sin salud, entre otros; descubrimos que: ¡Dios está justo a nuestro lado!, para oírnos; para ayudarnos; para fortalecernos y para salvarnos, por tanto, si a Dios tengo, nada debo temer, pues con Él venceré mis miedos y mis problemas.

P. Chava, SVD
P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino, Vicario de la Parroquia Nuestra Señora de Altagracia, Diócesis de  Madrid, España.



No hay comentarios:

Publicar un comentario