lunes, 29 de agosto de 2016

La vida se compone, 23º Tiempo Ordinario, Ciclo C


23º Tiempo Ordinario, Ciclo C
Sabiduría 9,13-18; Salmo 89; Filemón 9b-10.12-17; Lucas 14,25-33
Domingo, 4 de septiembre de 2016


P. Chava, SVD














La vida se compone de encuentros y desencuentros, de aprendizaje y de desaprender, pues lo que hoy nos parece valioso, mañana ya no lo es. Jesús pide entrega y compromiso, seguirle significa darlo todo por Él.

En el libro de Sabiduría, es Dios que transmite su voluntad, sus designios por medio del Espíritu Santo. Por que el hombre no sabe lo que le conviene; el ser humano muchas veces se aferra a su mundo real, que es el material, el dinero, el poder, las cosas materiales que a pesar de ser valiosas: “son desechables y perdibles”, por lo mismo corrompe al hombre. Dios quiere salvar al hombre de su ambición y de su apego a lo material, invitándolo a transcender a buscar la vida eterna, la vida espiritual, la vida que esta después de la muerte, después de este mundo material. A lado de nuestro Padre Dios. Por eso el pueblo cantará el salmo 89 “Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación”.


P. Chava, SVD






 







San Pablo escribe a Filemón, para que reciba a un esclavo en nombre de Pablo, para que ya no lo trate como esclavo sino como a un nuevo cristiano; pues estar dentro de la comunidad cristiana, implica crear lazos de donde menos se lo espera: como en la cárcel este esclavo fue bautizado y evangelizado por pablo; la buena nueva de Jesucristo acaba con las razas, las clases sociales, para crear la hermandad por ser todos hijos del mismo Padre de Dios. Por eso es importante ser cristiano y vivir la fe como Cristo nos enseño.

P. Chava, SVD
En el evangelio de san Lucas, es Jesús que marca las pautas para que lo sigan: primero cargar con nuestra cruz; segundo desprenderse de toda relación que nos aparte del seguimiento a Cristo; y por último la renuncia a todo bien material, porque solo cuando se dona de verdad: se entrega totalmente a tal grado de dar la vida por el mismo Jesús, y es dando la vida como se gana la vida eterna, porque Jesús nos puso el gran ejemplo de amor al morir en la cruz,  es así como uno se salva y se llega a la vida eterna: “si el grano de trigo no cae y muere, no dará vida, y en vano perdió su vida”.

En el devenir de la vida, tomamos decisiones que nos marcan el rumbo y destino de nuestro existir, decisiones que marcaran la forma de pensar, sentir, vestir, comer, ser en fin, seguir a Cristo es lo más radical de la vida. Pues ser cristiano significa amar sin medidas a Dios y al prójimo; para este amor no puede haber otra cosa o persona que interfiera en este amor entre Dios y uno mismo. Por eso seguir a Cristo es amarlo para una eternidad sin condiciones.

P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino, Vicario de la Parroquia Virgen del Alba, Alcorcón,   (Diócesis de Getafe),  Madrid, España.

 



No hay comentarios:

Publicar un comentario