P. Chava, SVD |
Daniel 7,13-14; Sal 92,1ab.1c-2.5; Apocalipsis 1,5-8; Juan 18,33b-37
22 Noviembre de 2015
En el libro Daniel, el profeta es testigo visual de
la envestidura del el nuevo rey que es el Hijo del Hombre como el Mesías esperado hacia mucho tiempo por la situación de guerra que esta pasando el pueblo de Israel, (el Hijo de Hombre es un titulo
mesiánico que usará Jesús para presentarse), con un poder sobre todas las
naciones en la tierra, y su reinado no tendrá fin, será eterno, es el anhelo
profundo de la presencia real de Dios en medio de su pueblo, para que Él reine
con justicia y amor. Por eso los fieles cantarán: Salmo 92 “El
Señor reina, vestido de majestad”.
En el libro de Apocalipsis, es reconocido Jesús como el príncipe de todos los reinos, y con su entrega de amor, al donar su vida adquirió el poder y la gloria por todos los siglos y su reino no tendrá fin.
En el libro de Apocalipsis, es reconocido Jesús como el príncipe de todos los reinos, y con su entrega de amor, al donar su vida adquirió el poder y la gloria por todos los siglos y su reino no tendrá fin.
P. Chava, SVD |
En el
evangelio de Juan, El Prefecto Poncio Pilatos interrogo a Jesús sobre su
condición como prisionero que va a morir, y dentro del interrogatorio le
hace le preguntas en un tono irónico, entre ellas: ¿si Él es rey de los judíos? es
sorpréndete la respuesta afirmativa de Jesús, que dice: que "sí", que Él es rey pero que
su reino no es de este mundo; además su reino
está basado en la verdad, y todo quien es de la verdad escucha su voz; Esta verdad significa la comprensión del
misterio divino que envuelve la vida de Jesús; pues Jesús es el logos, la palabra
hecha carne; es el Hijo de Dios; es el Mesías
que esperaba el pueblo Israel; es el Hijo de hombre.
Jesús siendo Dios y rey se anonadó para salvarnos,
toma la condición de esclavo y asumió la encarnación como una expresión de amor
a Dios y a la humanidad; su entrega al servicio del pueblo de Dios y la predicación
del Reino de Dios a sus discípulos, puso las bases para poder instaurar el
Reino de Dios en cada comunidad cristiana; con la esperanza de que todos
seamos uno en Él lleguemos a la casa del Padre; pasando por este mundo como
testigos de la buena noticia y del inicio del Reino de Dios en la tierra; Dios
gobernará con amor, justicia, paz, perdón y sabiduría.
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