P. Chava, SVD |
Daniel 12,1-3; Salmo 15;
Hebreos 10,11-14.18;
Marcos 13,24-32
15 de noviembre de 2015
Dios es nuestro refugio, por
la paternidad que nos brinda con su amor de creador, por eso tiene autoridad sobre
todo lo creado; Dios no abandona a su creación, por eso el débil y el fuerte puede
refugiarse en Dios, pues el Señor lo defenderá de las situaciones de muerte, lo
acompañará a lo largo de su vida y en lo posible hará del ser humano: “lo mejor
que él puede llegar a ser unido a Dios”. Pero además de todo Dios es: “el núcleo
de unidad de su pueblo”, que se une en su nombre, por eso hay que caminar en
comunidad unidos a Dios.
En
el libro de Daniel, encontramos la protección de Dios manifestada en el
arcángel Miguel, que cuidará del pueblo de Dios, lo consolará y sostendrá. En tiempos
difíciles de desunión y muerte, el Señor se hace presente en medio de su
pueblo. Por eso los creyentes pueden cantar el Salmo
15 “Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti”.
P. Chava, SVD |
En
la Carta a los Hebreos, descubrimos el sentido del sacrificio de Cristo con su
muerte en la cruz, pues con su sacrificio, nos purificó de nuestros pecados,
los sacerdotes de aquella época no podían borrar los pecados, sin embargo
Cristo con su sacrificio lo consiguió, una vez y para siempre. El sacerdocio
real de Jesús es lo que nos justifica y nos salva de nuestra propia
autodestrucción, pues con su vida rescató nuestras vidas.
El evangelista usa el género
apocalíptico para señalizar la parusía del Señor, la segunda venida del Hijo de
Dios, veremos signos que acompañan su llegada, nos afirma que se cumplirá sus
palabras y que el Hijo del Hombre (nombre Mesiánico del libro de Daniel),
llegará con sus ángeles para impartir su justicia, llamando a los fieles de
Dios en Cristo.
Las lecturas nos narran acontecimientos de esperanzas en Dios, quién confía en Él no quedará defraudado, por eso insisten las lecturas en permanecer fieles a Dios, pues Él impartirá su justicia, llamando a su pueblo a la unidad, reconociendo a cada integrante de su pueblo que permaneció fiel al Señor. Por eso nosotros debemos permanecer en el Señor, pues Él nos ama y nos guarda de la muerte y del peligro, confiemos en Dios que Él vendrá a ayudarnos y a salvarnos de nuestra propia autodestrucción.
P. Chava, SVD |
P. Chava,
SVD: Misionero del Verbo Divino, Vicario de la Parroquia Virgen del Alba,
Alcorcón, (Diócesis de
Getafe), Madrid, España.
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