P. Chava, SVD |
3 de mayo de 2015
La unidad, es un principio básico en toda relación, en toda comunidad, en toda familia, Iglesia gobierno, etc. La unidad es posible porque significa: fidelidad, alianza, respeto, amor, identidad y muchos otros valores. Por eso Dios quiere que nos unamos a Él por medio de Jesucristo. Los cristianos lo hacemos con los sacramentos, los mandamientos de Dios, con la palabra de Dios, con la fe y con la comunidad cristiana.
P. Chava, SVD |
Pablo, se encuentra en Jerusalén, pero es rechazado, ¡normal!, pues hacia poco Pablo era de los mejores perseguidores de cristianos. Pero Bernabé, cree en la voluntad de Dios y en el llamado y conversión de Pablo. Por eso Bernabé da fe que Pablo es un converso y que es voluntad de Dios para que sea discípulo de Jesús y pregonero de la Buena Noticia. La expansión del cristianismo comienza hacer más evidente pasando por Judea, Galilea y Samaria, es la fecundidad de la llegada del Espíritu Santo a los cristianos. Por eso el cristiano aclama a Dios con el Salmo 21 “El Señor es mi alabanza en la gran asamblea”.
P. Chava, SVD |
Juan, pide a la comunidad que cada uno en conciencia, glorifique a Dios de obra y de palabra guardando los mandatos de Dios y nos exige que nos amemos los unos a los otros, para ser coherentes con nuestra fe puesta en Jesús que nos une a Dios y es el Espíritu Santo el que nos mantiene unidos a Cristo y a Dios. Por eso cuando estamos unidos a Dios, nuestras palabras son más fértiles y todo lo que recibamos en vida viene de Dios, por estar con Él. Para hacer examen de conciencia el primer juez somos nosotros que nos conocemos y sabemos lo que hacemos o dejamos de hacer, pero Dios lo sabe todo incluso lo que hay en nuestra conciencias, por eso no podemos engañar a Dios.
Jesús, es la vid, y los creyentes son los sarmientos, el Padre es el labrador. Jesús, nos condiciona, nos dice que no podemos estar separados de él, no podemos dejar la comunidad, no debemos dejar la unidad de creyentes entre cristianos, porque rompemos nuestra relación con Dios y con Jesús, nos volvemos infecundos para el Reino de Dios. Pero el que permanece unido a la vid, es decir a Jesús, todo que él pida se le concederá, y para gloria de Dios daremos frutos abundantes de paz, amor, justicia, caridad, en fin todo lo bueno que venga de Dios, es decir daremos vida con nuestras acciones y palabras porque proceden de Dios.
P. Chava, SVD |
P. Chava, SVD, Misionero del Verbo Divino, Vicario de la Parroquia Virgen del Alba, Alcorcón, (Diócesis de Getafe), Madrid, España.
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