P. Chava, SVD |
17º
Tiempo Ordinario
1
Reyes 3,5.7-12; Salmo 118; Romanos 8, 28-30; Mateo 13, 44-52
27
de julio de 2014
Quien
es sabio, descubre diferenciar lo bueno y lo malo, y lo aplica en su vida como
voluntad de Dios, pues quien ama, protege, cuida, da, hace hasta lo imposible
por amor, así es Dios con nosotros, pues él nos deja la libertad de hacer de
nuestras vidas una obra de arte única e irrepetible.
Salomón,
como nuevo Rey de Israel a tan corta edad sólo le pide a Dios sabiduría para
discernir entre lo bueno y lo malo. Dios le concede lo que le
pide y le da más, le da la trascendencia que ningún rey jamás había gozado. Por
eso todo aquél que hace la voluntad de Dios es bien recompensado como dice el
salmo 118 ¡Cuánto amo tu voluntad,
Señor!
P. Chava, SVD |
Pablo,
dice que el cristiano está predestinado para ser llamado a hacerse otro Cristo,
y con esto dar gloria a Dios. Todo cristiano está
llamado a ser testigo de Cristo en su realidad en su entorno con la gente con
la que convive, de este modo daremos gloria a Dios en Cristo por medio de
nuestras obras, palabras símbolos y signos de todo cristiano: que se entienden
como acciones de amor.
P. Chava, SVD |
Jesús,
nos habla del Reino de Dios en cuatro parábolas:
el buscador del tesoro, el vendedor de perlas, el pescador con su red, y el
escriba que saca de su baúl lo nuevo y lo antiguo. Las cuatro nos remiten a
acciones tan básicas como el buscar, darlo todo por algo más valioso, discernir
entre lo bueno y lo malo y por último saber integrar lo nuevo con lo antiguo.
Señor,
dentro de mi humildad deja aprender de ti, saber de ti, permíteme comprender
tus designios, y descubrir tu voluntad en mi vida, permítenos apartarnos del
mal y si incrementar el bien en la tierra con libertad y amor a ti y a todo el género
humano, como a nuestra propia casa el mundo y cuanto contiene.
P. Chava, SVD, Misionero del Verbo Divino, Vicario de
la Parroquia Virgen del Alba, Alcorcón, (Diócesis de Getafe), Madrid, España.
No hay comentarios:
Publicar un comentario