jueves, 30 de junio de 2022

15º del Tiempo Ordinario – Ciclo C Prójimo

15º del Tiempo Ordinario – Ciclo C
Deuteronomio 30,10-14; Salmo 68; Colosenses 1,15-20; Lucas 10,25-37
10 de julio de 2022


P. Chava, SVD

Las normas de la vida existen desde que comprendemos que los criterios de convivencia son tan amplios como personas que existen en el mundo. Descubrimos así, que estamos condicionados por nuestras circunstancias (cada uno es diferente), y es ahí que Dios nos exige descubrir que no hay norma que este por encima del bien común y del amor al prójimo.
 
En el libro del Deuteronomio se exalta la importancia de la doctrina de la ley como precepto divino. La ley es posible de cumplirla y alcanzarla, para el ser humano, pues está en el corazón del hombre (conciencia) y su voluntad el cumplirla (libertad-decisión). Para que sea el mismo ser humano, quien dé ejemplo de cumplir de palabra y de obra, los mandatos de Dios.
 
P. Chava, SVD
San pablo en la carta a los Colosenses hace una teología, al interpretar el origen del todo. Ese origen de todo, cuanto existe, es Dios. Jesús también es Dios y, por consiguiente, de Él procede todo cuanto hay, sin el Señor nada existiría y por tanto todo se le debe a Dios. Por tanto, Jesús es el principio supremo de toda propiedad y poder, al mismo tiempo de toda autoridad a lo largo de los siglos. En Jesús encontramos la paz, por medio de su sangre derramada, pues en ella encontramos el perdón de nuestros pecados y la vida eterna.
P. Chava, SVD
 
En el evangelio se resume los mandamientos de la ley de Dios así: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas y con todo tu ser. Y al prójimo como a ti mismo.”  Jesús explica quién es el prójimo con la parábola del buen Samaritano. En ella entendemos que la practica la misericordia, nos humaniza y nos permite estar más cerca de las personas, en especial de las más necesitadas.
P. Chava, SVD
 
Dios nos pide descubrir que hay que construir un mundo basado en Dios y en el hombre, muchos estaremos de acuerdo en ser buenos y hacer el bien. Pero no basta con ser buenos. Para esto es necesario tomar un sentido y un porque optar por hacer el bien. La respuesta es por amor al prójimo y a Dios. Si lo hacemos, podemos transformar el mundo, pues existirá la misericordia y la compasión, sobre doto para los más vulnerables, por la pobreza, enfermedad, exclusión entre otros.
 
P. Chava, SVD, Misionero del Verbo Divino, Vicario de la Parroquia Verbo Divino, Diócesis de Getafe, Leganés, Madrid, España.



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