15º del Tiempo Ordinario –
Ciclo C
Deuteronomio 30,10-14; Salmo 68; Colosenses 1,15-20;
Lucas 10,25-37
10 de julio de 2022
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P. Chava, SVD |
Las normas de la
vida existen desde que comprendemos que los criterios de convivencia son tan
amplios como personas que existen en el mundo. Descubrimos así, que estamos
condicionados por nuestras circunstancias (cada uno es diferente), y es ahí que
Dios nos exige descubrir que no hay norma que este por encima del bien común y
del amor al prójimo.
En el libro del Deuteronomio
se exalta la importancia de la doctrina de la ley como precepto divino. La ley
es posible de cumplirla y alcanzarla, para el ser humano, pues está en el
corazón del hombre (conciencia) y su voluntad el cumplirla (libertad-decisión).
Para que sea el mismo ser humano, quien dé ejemplo de cumplir de palabra y de
obra, los mandatos de Dios.
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P. Chava, SVD |
San pablo en la
carta a los Colosenses hace una teología, al interpretar el origen del todo.
Ese origen de todo, cuanto existe, es Dios. Jesús también es Dios y, por
consiguiente, de Él procede todo cuanto hay, sin el Señor nada existiría y por
tanto todo se le debe a Dios. Por tanto, Jesús es el principio supremo de toda
propiedad y poder, al mismo tiempo de toda autoridad a lo largo de los siglos. En
Jesús encontramos la paz, por medio de su sangre derramada, pues en ella
encontramos el perdón de nuestros pecados y la vida eterna.
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P. Chava, SVD |
En el evangelio
se resume los mandamientos de la ley de Dios así: “Amarás al Señor, tu Dios,
con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas y con todo tu
ser. Y al prójimo como a ti mismo.” Jesús explica quién es el prójimo con
la parábola del buen Samaritano. En ella entendemos que la practica la
misericordia, nos humaniza y nos permite estar más cerca de las personas, en
especial de las más necesitadas.
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P. Chava, SVD |
Dios nos pide
descubrir que hay que construir un mundo basado en Dios y en el hombre, muchos
estaremos de acuerdo en ser buenos y hacer el bien. Pero no basta con ser
buenos. Para esto es necesario tomar un sentido y un porque optar por hacer el
bien. La respuesta es por amor al prójimo y a Dios. Si lo hacemos, podemos
transformar el mundo, pues existirá la misericordia y la compasión, sobre doto
para los más vulnerables, por la pobreza, enfermedad, exclusión entre otros.
P. Chava, SVD,
Misionero del Verbo Divino, Vicario de la Parroquia Verbo Divino, Diócesis de
Getafe, Leganés, Madrid, España.
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