domingo, 2 de enero de 2022

2º Navidad. Verbo encarnado.

2º Domingo después de Navidad
Eclesiástico 24,1-2.8-12; Salmo 147,12-13.14-15.19-20; Efesios 1,3-6.15-18; Juan 1,1-18
2 de enero de 2022

P. Chava, SVD
 
El amor es el sentimiento que genera vida. Por ejemplo, el amor mueve a las personas y al mundo. Hay gente que vive para generar amor, personas que son capaz de hacer cosas por el amor. Ellas están motivadas por el amor hacia su familia, y a sus seres queridos. Dedican mucho de su tiempo, de su experiencia y de su entusiasmo para satisfacer las necesidades de sus seres amados. El amor a la humanidad, impulsó a Dios para darnos a su propio Hijo, para que se encarnara, se hiciera un hombre. Su Hijo: Jesús, que es el Verbo Divino.
 
P. Chava, SVD
En el libro del Eclesiástico, Dios pone su tienda su mora en medio del pueblo Israel. El Señor es fiel a la alianza pactada con el Pueblo de Dios. Señalan que en Sión consagrarán un Templo para que habite ahí el Señor. Jerusalén se convertirá en referencia como lugar de encuentro entre Dios y su pueblo. Y esa es la esperanza del Pueblo de Israel que tiene al Señor de su lado en medio de ellos.
 
En la carta a los Efesios vemos que Jesús nos trae una gran bendición de Dios al encarnarse, pues se revela parte del misterio del Señor: Dios es amor y en consecuencia, como acto de amor, se encarna para estar más cerca de nosotros. Por eso la encarnación de Jesús, nos eleva a la dignidad de ser Dios. Jesús el Emanuel el Dios con nosotros, hace visible este gran hecho en la historia de la humanidad. La revelación de Jesús, coloca a la humanidad, a la misma dignidad de ser sus hijos, por medio de la fe en el Verbo Divino, que es Jesús.
P. Chava, SVD
En el evangelio en el Prólogo de san Juan: nos sintetiza el misterio de la economía de la salvación de Dios, es decir, el proyecto que Dios tiene para la humanidad. Pues primero crea todo cuanto existe, siendo el hombre el culmen de su creación. Dios decide irrumpir, en la historia de la humanidad, en circunstancias concretas: en un pueblo (Israel), en una época (en la plenitud delos tiempos) y sus circunstancias: oprimido por el imperio de la época (Roma). Jesús es el Verbo Divino que existía desde siempre y se encarna, en la realidad del pueblo de Israel. Pero muchos rechazaron a Jesús, no creyeron en él. Pero los que lo llegaron aceptar, se convirtieron en sus seguidores y al mismo tiempo participaron de la dignidad de ser hijos de Dios.
 
P. Chava, SVD

El mundo se deja llevar por la indiferencia, por la frialdad del rechazo y exclusión, donde sólo el que produce es útil y el resto se convierte en escoria, en personas desechables. Por eso el amor de Dios nos vino a recordar que somos “personas valiosas para Dios” porque somos sus hijos. Al unirnos con Jesús, por medio de la fe y los sacramentos, nos hace recordar que somos hijos de un mismo Padre, que es Dios. Y el Verbo se hizo carne y habito entre nosotros.

 P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino, Párroco in solidum de las unidades pastorales en Villatuerta, Oteiza, Noveleta, Grocín y Murillo, en Navarra, Diócesis de Pamplona.



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