domingo, 21 de julio de 2019

Estar con Jesús, 16º del Tiempo Ordinario, Ciclo C


16º del Tiempo Ordinario, Ciclo C
Génesis 18,1-10a; Salmo 14; Colosenses 1,24-28; Lucas 10, 38-42
Domingo, 17 de julio de 2016
P. Chava, SVD.
Permanecer en el amor de Dios, es vital para la vivir, para crecer, para sentir su bendición en la prosperidad y en la soledad, pues con el amor de Dios todo es posible, de pasar de una situación de muerte a una que sea de vida, y vida en plenitud.




En el libro de Génesis es Abrahán que acoge al forastero que pasa frente a su tienda, como lo manda la ley del desierto, pero además intuye que estos tres forasteros son especiales, es más descubre que es Dios en persona quien se ha dignado a pasar cerca de su tienda, después de darles de comer y satisfacer sus necesidades ,  Abrahán le pide al Señor que lo bendiga, y Dios sin mayor dilación le bendice con lo mejor que sabe hacer y es engendrar vida, y le concede tener un hijo en una edad imposible de tener hijos. Dios bendice a Abrahán con un pueblo y sus descendientes lo tendrán en la memoria del colectivo. Por eso el creyente puede confiar en los milagros que hace Dios y cantar el salmo 14: “Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda?”



P. Chava, SVD
En el libro de Colosenses, san Pablo hace teología: pues describe la Iglesia como el cuerpo místico de Cristo, con una jerarquía, Cristo como cabeza y sus ministros son sus elegidos para administrar la gracia de salvación, para proclamar la gloria de Dios que se consigue al conocer a Cristo y al unirse a él por medio de los sacramentos.




En el evangelio Jesús apoya la decisión de María en que ella ha escogido la mejor parte y nadie se la puede quitar, es decir, permanecer al lado de Dios, del Cristo, de Jesús. En un mundo don nos exigen mucho para pensar, hacer, crear, etc. Debemos también tener tiempo para descansar y llenarnos de Dios, como lo hizo María.




P. Chava, SVD
Quien escoge estar unido a Dios por medio de los sacramentos, la oración, la liturgia, la meditación, la vida diaria, se fortalece en alma espíritu y corazón, pues deja de tener miedo y se hace fuerte en la adversidad, pues sabe que si Dios está de nuestro lado nada es imposible, Dios obrara milagros en nosotros.



 P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino, Vicario de la Parroquia Nuestra Señora de Altagracia, Diócesis de Madrid, España.



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