sábado, 2 de febrero de 2019

El profeta, 4º Tiempo Ordinario- Ciclo C

4º Tiempo Ordinario- Ciclo C
Jeremías 1,4-5.17-19; Salmo 70,1-2.3-4a.5-6ab.15ab.17; 1 Corintios 12,31–13,13; Lucas 4,21-30
3 febrero de 2019


P. Chava, SVD
El profeta es el mensajero de Dios. Es muy poco frecuente encontrar verdaderos profetas que nos hablen de la buena noticia del Señor y aun más pocos los que son capaces de dar su vida para poder corregirnos a tiempo, acusando nuestros pecados, nuestra maldad y nuestra falta de Dios en nuestras vidas.

En la primera lectura escuchamos el llamado vocacional que hace Dios a su profeta Jeremías. Antes de que naciera ya Dios lo predestino a ser su profeta, para derrumbar, arrancar el mal que hay en el pueblo de Dios. Le alienta a no tener miedo, pues el Señor será su columna fuerte en sus momentos de persecución. Dios le mandará a su pueblo para que el pueblo recapacite y se convierta.

P. Chava, SVD
En la segunda lectura san Pablo se dirige a los corintios, con un cantico al amor.  Dentro de las virtudes teologales: fe, esperanza y caridad (amor) de todas ellas la más importante es el amor; añade no importa cuánto, tengamos, sepamos y seamos, lo que realmente importa en esta vida es amor y sus expresiones de amor: “El amor es paciente, es benigno; el amor no tiene envidia, no presume, no se engríe; no es indecoroso ni egoísta; no se irrita; no lleva cuentas del mal; no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad. Todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor no pasa nunca.”

P. Chava, SVD
En el evangelio Jesús anuncia que la escritura que se ha  leído se cumplido hoy, y añade que sin embrago un profeta no es profeta en su propia tierra. Porque aunque quisiera la gente no le da legitimidad, reconcomiendo y mucho menos le tiene fe. Porque lo ve como una gente normal. Cita lo que paso en el pasado y como Dios no ayudo al pueblo de Israel sino a los extranjeros. Por eso sus paisanos se molestan con Él e intentan lincharle, pero Jesús sale de en medio de ellos y continua con su predicación por aquellas tierras.

El don de profetismo, comienza con el llamado de Dios. El profeta muchas de las veces es incomprendido, perseguido y rechazado. En algunos casos es torturado y se le quita la vida, porque sus palabras son molestas para las conciencias de las personas necias que no quieren cambiar de vida. Que quieren vivir sin Dios y sin sus designios, que quieren vivir a su aire, y sin ningún compromiso con la humanidad. Por eso se mantiene en el pecado.
P. Chava, SVD

P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino, Vicario de la Parroquia Nuestra Señora de Altagracia, Diócesis de Madrid, España.
¿Qué es ser un Profeta?
 

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