jueves, 26 de abril de 2018

Permanecer en Dios, 5º de Pascua, Ciclo B

5º de Pascua, Ciclo B
Hechos de los apóstoles 9,26-31; Salmo 21; 1 Juan 3,18-24; Juan 15,1-8
29 de abril de 2018


P. Chava, SVD

Permanecer en Dios, es disfrutar de la vida en plenitud, es llegar a una felicidad indescriptible, a una autorrealización personal como mística, pues nos unimos al misterio que es Dios.  

En la primera lectura, Pablo causa miedo a la comunidad de Jerusalén pero Bernabé lo presenta como un nuevo converso, es entonces como Pablo comienza a causar furor al debatir con los helenistas sobre verdades de fe, tal es su éxito que lo mandan a Tarso a continuar con la misión de evangelizar a los paganos. Salmo 21 El Señor es mi alabanza en la gran asamblea”.


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En la segunda lectura Juan exhorta a la comunidad a ser coherentes con sus vidas como cristianos que sepan dan razón de su fe con la verdad y con obras. Nos pide que creamos en Jesucristo, por ser el Hijo de Dios, que el amor sea norma de vida y con todo esto estaremos unidos a Dios.

En el Evangelio, Jesús pide fidelidad, productividad, unidad y finalidad a sus discípulos. Todo comienzo es difícil, y Jesús tuvo tres años para formar a sus apóstoles, pero estamos cerca de su final de su vida y antes de partir a la casa del Padre; El Señor adoctrina y exige a sus seguidores que tomen su decisión, advertidos por Jesús que Él es la vid, y sólo unidos a Él tendremos vida; files a Jesús su buena noticia daremos frutos, y con todo esto permaneceremos unidos a Dios, aquí, ahora y después de nuestra muerte.


P. Chava, SVD
Jesús se revela como nuestro salvador, nuestro camino y nuestra vida, y usa la metáfora de la vid y los sarmientos para que se pueda apreciar el proceso de la salvación. Por tanto ante sus palabras tan claras, tenemos que tomar nuestra decisión de seguir a Jesús, aceptar la voluntad de Dios en nuestra vida para guardar sus mandamientos y cumplirlos siempre, como es el paradigma teológico: Dios es amor, y pide que nos parezcamos a Él que seamos perfectos como Él es prefecto, y por tanto, tenemos que ser seres humanos que viven el amor Dios y dan es amor humano en la caridad, en la misericordia, en especial con los más necesitados, que tienen que ser atendidos por nosotros.


P. Chava, SVD
Alimentados por la eucaristía y la Palabra de Dios, daremos testimonio en palabras y obras de nuestra fe en Dios, de nuestra mimesis o asimilación de Dios en nuestras vidas. Seremos como Dios en este mundo cuando vivamos para amar a Dios y a nuestro prójimo.  


P. Chava, SVD
P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino, Vicario de la Parroquia Nuestra Señora de Altagracia, Diócesis de Madrid, España. 

 Unidos a Jesús


 

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