jueves, 24 de noviembre de 2016

Preparemos nuestros caminos, 1 º de Adviento - Ciclo A

P. Chava, SVD
1 º de Adviento - Ciclo A
Isaías 2,1-5; Salmo 121; Romanos 13,11-14; Mateo 24,37-44
Domingo, 27 de noviembre de 2016

Preparemos nuestros caminos para la llegada de Dios en nuestras vidas. Dios siempre ha sido Dios: fue, es y será nuestra referencia vital para poder vivir en libertad, con esperanza y fe, en un mundo donde el violento puede llegar a ser  el opresor; el que impone su ley sobre la gran mayoría. Sólo Dios nos puede salvar de nosotros mismos.

En el comienzo del libro de Isaías, ante la eminencia de la destrucción por parte de los persas, el profeta Isaías  tiene una visión de futuro: Dios le revela que Sión- Jerusalén sobreviran a la guerra, es más, volverá a tener esplendor y será punto de peregrinación porque Dios está siempre con ellos. Salmo 121 nos lo recordará: “Vamos alegres a la casa del Señor”..


P. Chava, SVD
En la Carta a los Romanos, San Pablo habla de la parusía del Señor con la metáfora del amanecer que vence a la noche. Mientras las noche oscura, sea tan tenebrosa, es decir: la vida diaria con sus problemas, la persecución religiosa, etc; existe sin embargo: la luz de Cristo, nuestra fe puesta en Dios nos hará despertar a una nueva realidad, donde “Dios es Dios” y su “Reino no tendrá fin”, pues gobernará con sabiduría; con amor; con justicia. Para esto hay que ser personas virtuosas que saben renunciar al pecado y a todo tipo de degradación que nos aleja de Dios.

En la lectura del Evangelio de Mateo, se enfatiza la partida de Jesús a la casa de Dios y a su vuelta: “Cuando venga el Hijo de hombre”, en el final de los tiempos, es decir, en la parusía del Señor, “se guarda un misterio y un enigma”, no sé sabe: “ni el día ni la hora”;  habrá elección de personas y por tanto no se sabe “quiénes serán los escogidos”, por consiguiente hay que estar preparados para aquel día; pero si antes nos toca partir primero a la casa del Padre, hay que vivir: “pensando en que nuestros actos repercuten en nuestra salvación”; pensar y hacer realidad en vivir una vida plena llena de amor, felicidad y justicia conforme a la voluntad de Dios y su Reino.
P. Chava, SVD

En adviento nos encontramos con la preparación y regeneración de nuestras vidas. Nos preparamos para celebrar una vez más el acontecimiento que marco nuestras vidas: “la encarnación de Dios”; la llegada del Verbo Divino, ha sido el acto más revelador de Dios y su misterio. Como cuando preparamos el cumpleaños de un ser querido así hay que preparamos para festejar la llegada de Dios a nuestras vidas.

P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino, Vicario de la Parroquia Nuestra Señora de Altagracia, Diócesis de  Madrid, España.

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