sábado, 22 de febrero de 2014

El amor es la fuente de la vida, 7º domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo A

P. Chava, SVD:  La Palabra era la luz verdadera que,
 al venir al mundo, ilumina a todo hombre (Juan 1, 9).
7º domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo A
23 de Febrero de 2014
Levítico 19, 1-2. 17-18; Salmo 102;  1 Corintios 3, 16-23; Mateo 5, 38-48

 
El amor es la fuente de la vida y de la unión entre las personas que se aman, estás son capaces de amar al prójimo y al mismo tiempo se dejan amar por él, son capaces de dar todo lo que son y poseen sin condiciones. Las lecturas nos hablan del amor y perdón a la familia y al prójimo sin condiciones, y así conseguiremos ser más santos y más humanos.

 La experiencia de educar al ser humano es muy didáctica: nos educan y corrigen a cada segundo que pasa durante los primeros años de vida, luego conforme se va creando conciencia de uno mismo, cada persona va tomando decisiones que irán contornando su forma de ser y existir. Todos nacemos sin miedos, prejuicios, gustos, sensaciones, sentimientos, cultura, etc. Conforme vamos creciendo, vamos moldeando nuestras mentes (ideas, creencias, decisiones) y nuestros corazones (sentimientos, gustos, deseos).
 
 
 
 

P. Chava, SVD

 Levítico, nos invita a ser santos, pues tenemos como modelo a nuestro Señor, Dios que es Santo. Para llegar a ser santo en la vida, tenemos que amar y perdonar, como por ejemplo no guardar rencor y odio a nuestros parientes y prójimo. Amar a mí prójimo resume gran parte la ley de Dios, pues quien ama no daña sino protege; quien ama no destruye sino construye; quien ama no divide sino une; quien ama corrige con amor; Dios nos ama y pide que hagamos lo mismo con nuestro prójimo, es decir con todo el género humano. Hay que tener misericordia imitando a Dios, como nos recuerda el salmo 102 el Señor es compasivo y misericordioso.
 
 
 

P. Chava, SVD


 San Pablo, nos hace recordar la omnipresencia de Dios: El Señor está en todas partes, hasta en uno mismo, es más Dios habita en nosotros, por tanto consagra nuestras vidas, Pablo afirma que somos “Templos del Espíritu de Dios”, por tanto tenemos que amarnos y respetarnos a nosotros mismo pues somos la morada de Dios, en consecuencia hacer daño al prójimo estamos atentando no solamente a la dignidad de la persona sino también a Dios. Pablo nos exhorta a que no vivamos intentando complacer al hombre, pues eso desgata a la persona en cosas vanas y perdemos el principio de la vida, pues recordemos que Dios es la fuente de todo, por tanto quien confía y sigue a Dios, sabe que nada será más importante que Él.
 
 
 
 

P. Chava, SVD

Jesús, invita a sus seguidores, a no ser agresivos con los demás, es decir, ante la violencia no hay que ser reaccionarios con más violencia, sino hay que ser personas que generan más paz y amor; Que seamos perfectos como nuestro Padre Dios es perfecto, que tengamos la capacidad y necesidad de amar sin medida. Jesús nos pide lo más difícil o casi imposible, amar a nuestros enemigos y rezar por los que nos persiguen y hacen mal. Que nuestro amor y caridad se vea reflejada en nuestras obras, en nuestra  forma de ser y de vivir con la humanidad, pues Dios es justo con buenos y malos, “no les priva de la vida”. Recemos juntos: Dios crea en mí un corazón puro y bondadoso, dame valor para amar sin límites.
 




P. Chava, SVD
 


P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino
Vicario de la Parroquia Virgen del Alba, Alcorcón,
(Diócesis de Getafe),  Madrid, España.

 






No hay comentarios:

Publicar un comentario