sábado, 7 de diciembre de 2013


Homilía segundo domingo de adviento ciclo A
8 de diciembre de 2013

Lecturas: Isaías 11,1-10; Romanos 15, 4-9; Mateo 3,1-12

 

En momentos de crisis: ¿cómo levantarse o reponerse de una caída? En las escrituras encontramos la fuerza vital de la esperanza, de la unidad y la fortaleza divina a través del Espíritu del Señor, es decir, por Espíritu Santo.

 
Isaías anima a la comunidad a mirar el presente que nos da futuro. El pueblo de Israel está viviendo la guerra contra los Babilonia y han caído en el desamino por perderlo todo: Rey, Templo, libertad, tierra, posesiones, han tocado fondo. Pero dentro de este desanimo surge la Promesa de Dios, retoñara del tronco de Jesé un  vástago que recibirá el Espíritu del Señor  y con él gobernara con justicia a las naciones. Esta profecía se cumple con el nacimiento de Jesús.

 
San Pablo habla a los gentiles y a los judíos para decirles que todos los cristianos de ahora en adelante formarán un solo pueblo, al profesarán una sola fe en el nombre del Cristo Jesús. Surgieron varias conversiones y mucha gente alabará a Dios con toda su mente y con todo su corazón. Pues un pueblo unido es más fuerte.

 
En el Evangelio, Mateo nos describe la predicación de Juan el Bautista en el Río Jordán exhortando al arrepentimiento de los pecados cometidos para después ser bautizado como símbolo de conversión y perdón de los pecados. Pero Jesús el Cristo, él no bautizará con agua sino con fuego, es decir, con el Espíritu Santo, por tanto nos unimos a la divinidad con el bautismo en nombre de Cristo Jesús.


P. Chava, SVD en Sevilla, en los votos temporales de Weder.
Misioneros del Verbo Divino en España.
Las tres lecturas están relacionadas con la llegada del Mesías en este caso es Jesús, y todas ellas invitan a tomar fuerza y unidad en nombre de Cristo, pero también nos invitan a estar en camino de arrepentimiento y purificación para así unirnos al proyecto de Dios, un Reino nuevo, es decir el Reino de Dios, donde ya no existe la violencia si no la paz, un mundo donde ya no ha desigualdad o exclusión sino aceptación y unidad, mismo en la diferencias. Dios nos une y Dios nos fortalece en Cristo y el Espíritu Santo.

 


 
P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino
Vicario de la Parroquia Virgen del Alba, Alcorcón,
(Diócesis de Getafe),  Madrid, España.

 
 

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