Homilía segundo
domingo de adviento ciclo A
8 de diciembre de
2013
Lecturas: Isaías
11,1-10; Romanos 15, 4-9; Mateo 3,1-12
En
momentos de crisis: ¿cómo levantarse o reponerse de una caída? En las
escrituras encontramos la fuerza vital de la esperanza, de la unidad y la
fortaleza divina a través del Espíritu del Señor, es decir, por Espíritu Santo.
Isaías anima a la
comunidad a mirar el presente que nos da
futuro. El pueblo de Israel está viviendo la guerra contra los Babilonia y
han caído en el desamino por perderlo todo: Rey, Templo, libertad, tierra,
posesiones, han tocado fondo. Pero dentro de este desanimo surge la Promesa de
Dios, retoñara del tronco de Jesé un
vástago que recibirá el Espíritu del Señor y con él gobernara con justicia a las
naciones. Esta profecía se cumple con el nacimiento de Jesús.
San Pablo habla a los
gentiles y a los judíos para decirles que todos los cristianos de ahora en
adelante formarán un solo pueblo, al profesarán una sola fe en el nombre del
Cristo Jesús. Surgieron varias conversiones y mucha gente alabará a Dios con
toda su mente y con todo su corazón. Pues un
pueblo unido es más fuerte.
En
el Evangelio, Mateo nos describe la
predicación de Juan el Bautista en el Río Jordán exhortando al arrepentimiento de los
pecados cometidos para después ser bautizado
como símbolo de conversión y perdón de los pecados. Pero Jesús el Cristo, él
no bautizará con agua sino con
fuego, es decir, con el Espíritu Santo,
por tanto nos unimos a la divinidad con
el bautismo en nombre de Cristo Jesús.
P. Chava, SVD en Sevilla, en los votos temporales de Weder. Misioneros del Verbo Divino en España. |
P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino
Vicario de la Parroquia Virgen del Alba, Alcorcón,
(Diócesis de Getafe), Madrid, España.
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