17º del Tiempo Ordinario – Ciclo B
Reyes 4,42-44; Salmo 144; Efesios 4,1-6; Juan 6,1-15
28 de julio de 2024
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P. Chava, SVD |
En el origen de la humanidad, el ser humano, se enfrenta al primer reto
de su vida: “sobrevivir” con la ayuda de los suyos muchos lo consiguen, sin embargo,
en el mundo en entero hay muchas personas que mueren de muchas causas, la más
dolorosa y triste entre ellas de hambre. Por eso en las lecturas de hoy nos
hablan de la sensibilidad de ayudar a quien pasa hambre.
En la primera lectura el profeta Eliseo ve con fe como alimentar al
pueblo que pasaba hambre ellos eran más de cien personas. Eliseo ordena
dar el pan de las primicias, que eran veinte panes de cebada y grano
reciente en la alforja. Porque así dice el Señor: Comerán y sobrará, y así fue.
La providencia de Dios multiplica los bienes materiales, para que todos coman y
no pasen hambre. Confiemos en el Señor como dice el Salmo 144 “Abres tú la
mano, Señor, y nos sacias”.
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P. Chava, SVD |
San Pablo, nos recuerda nuestro llamado a ser cristianos que nos
tratemos con amor y amabilidad, en una corrección fraternal, manteniendo la
unidad en el Espíritu Santo y con comunión de un solo bautismo, una sola fe, un
solo Dios. Pues entre más unidos como cristianos estemos, más patente hacemos
el amor Dios en el mundo.
En el Evangelio, Jesús da de comer a más de cinco mil personas con la
ayuda de sus discípulos Andrés y Pedro, que encontraron la generosidad de un
joven que tenía cinco panes y dos peces y ese compartir fue el inicio del
milagro. En nuestras vidas Jesús pide lo mismo que demos de comer a quienes
tenemos cerca, con la ayuda y cooperación de todos.
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P. Chava, SVD |
En un mundo donde hay más producción de comida, pero hay una mala
distribución de los bienes en especial de la comida, donde muchas veces se tira
la comida porque caduca, o lo peor porque conviene tirarla para así tener mayor
valor económico de algunos productos porque son más escasos. Dios con su
misericordia se apiada de sus hijos, quiere que todos se amen y se ayuden es
especial cuando pasan hambre. Además en la eucarística descubrimos nuestra
unión como Iglesia, y alimentados por Jesús con su cuerpo salimos fortalecidos
para anuncia la Buena Noticia, y hacer posible justicia al dar de
comer al hambriento.
P. Chava, SVD. Es Misionero del Verbo Divino. Párroco de la
parroquia Nuestra Señora del Carmen, Diócesis Sevilla, España.
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