jueves, 27 de julio de 2023

17 º Tiempo Ordinario, Ciclo A

17 º Tiempo Ordinario, Ciclo A

1 Reyes 3,5.7-12;  Salmo 118; Romanos 8, 28-30; Mateo 13, 44-52

30 de Julio de 2023

P. Chava, SVD

La sabiduría sólo viene de Dios, por tanto, así como Salomón le pide sabiduría a Dios para gobernar, así notros deberíamos tener humildad de pedir esa sabiduría a Dios. Pidamos para que el ser humano comprenda y sea capaz de discernir en su vida, que sepa distinguir lo que es bueno y  lo que es malo para su vida, así tendrá el criterio de valorar y dar prioridad a sus necesidades físicas, económicas e espirituales.

En la primera lectura Salomón en sus sueños habla con Dios, le pide ayuda al Señor, pues es un joven que ha subido al gobierno, será el nuevo rey de Israel. Él se siente inexperto para gobernar un pueblo inmenso y que le pertenece a Dios.  Salomón, le pide que le conceda: “un corazón atento para juzgar a tu pueblo Señor y sabiduría para discernir entre el bien y el mal”. Dios le concedió “un corazón sabio para escuchar e inteligente para obrar”. Por eso glorifiquemos al Señor con el salmo 118: “¡Cuánto amo tu ley, Señor!”.

San Pablo nos habla en la carta los Romanos con estas enseñanzas: que toda persona unida a Cristo esta predestinada desde hacía ya mucho tiempo, algunos inclusive antes de nacer. Toda persona unida a Jesucristo está llamada a ser su reflejo Dios en la tierra, es decir, a aprender a ser otro Jesús, que cumple la voluntad de Dios en el mundo, como criterio seguirá la buena noticia, como norma de vida, y asimilará los valores del Reino de Dios, para luego meditarlos y asumirlos como regla de vida, por eso Dios llamo a los que Él quiso, los justificó es decir, los salvo de sus pecados, y todo esto  es para la gloria de Dios.

P. Chava, SVD

 En el evangelio, Jesús, nos habla con tres parábolas sobre el Reino de Dios, y pone de manifiesto los valores de este mundo en comparación los de Dios.  Y son las siguientes: el tesoro escondido en el campo; la perla más preciosa; la red que coge peces en el mar y concluye con una alegoría de quien recibe el Reino de Cielos es como Rabino, a un padre familia que saca de su tesoro lo nuevo y lo antiguo, para su familia. Vemos en estás parábolas que para conseguir el Reino de Dios hay encontrarlo primero en la persona de Cristo y en su comunidad de fe; que para poder obtenerlo implica desprendimiento de muchas cosas que hasta ahora eran valiosas para notros, pero que el Reino de Dios, bien vale la pena pagar el precio, dejarlo todo por el Reino de Dios.

P. Chava, SVD

Recemos juntos: Señor tu sabiduría nos llena y nos orienta a tomar buenas decisiones en nuestras vidas, en ti confiamos y depositamos nuestra confianza. Ayúdanos a comprender que es lo que realmente nos conviene en nuestras vidas, para que podamos caminar a Tú lado, juntos como tu pueblo; Señor enséñanos el Reino de Cielos en la tierra: danos sencillez para aceptar tu voluntad; valor para asumirla; y alegría para proclamarla con nuestras vidas.

P. Chava, SVD

 P. Chava, SVD. Misionero del Verbo Divino, Vicario de la Parroquia del Verbo Divino, Diócesis Getafe, Leganés, Madrid, España.

 


 

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