6º Domingo Tiempo
Ordinario
Eclesiástico
15,16-21; Salmo 118; 1 Corintios 2,6-10; Mateo 5,17-37
12 de febrero de
2023
P. Chava, SVD |
En el libro del Eclesiástico pone en evidencia la
voluntad de Dios por salvarnos, pero al mismo tiempo nos deja claro que somos
completamente libres ante Dios, para cumplir sus mandamientos, sin embargo, nos
advierte que nos podemos perder y condenar nosotros mismos, pues nuestras
decisiones y acciones nos pueden conducir al fuego y a la muerte por
consecuencia del pecado.
P. Chava, SVD |
San Pablo escribe a los habitantes de Corinto
decepcionado del pueblo: les reprocha por no entender que la sabiduría a la que
tienen que aspirar en la vida es la de conocer la sabiduría divina, la que
viene de Dios. Porque el hombre se vuelve siego con sabidurías humanas, que
inflan su arrogancia, y por tener un corazón duro, que segó su conciencia y por
eso no asumió la culpa, de matar al propio Hijo de Dios: “a Jesús lo colgaron
del madero, crucificado espiro su último aliento”; sin embargo, por ese
acontecimiento comprendimos después que: “Jesús es el verdadero Hijo de Dios”,
y que es de sabios seguirle, para hacer la voluntad de Dios a través de sus
enseñanzas.
En el Evangelio Jesús dice que no vino a abolir la ley
y los profetas, sino que vino a darle plenitud; por eso instruye a sus
discípulos para ser files a la voluntad de Dios y para esto tenemos que ser
personas reconciliadas con nuestros hermanos; que nuestros sentimientos y
pensamientos no nos motiven a pecar y pervertir a nuestro corazón y a nuestro
cuerpo; que seamos personas que saben decir la verdad para no recurrir al
engaño.
Señor Jesús vengo ante ti para adorarte; ven Señor y
enséñanos que tenemos que hacer: “para cumplir la voluntad de Dios”. Señor
sabemos que nos das la libertad de obrar el bien o el mal; de seguirte o
perdernos por el camino de la vida en este mundo. Jesús yo confió en ti.
P. Chava, SVD |
P. Chava, SVD,
Misionero del Verbo Divino, Vicario de la Parroquia Verbo Divino, Diócesis de
Getafe, Leganés, Madrid, España.
Execelente reflexión padre Chavita
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