sábado, 18 de julio de 2020

La misericordia de Dios, 16º Tiempo ordinario


Sabiduría 12, 13.16-19; Salmo 85; Romanos 8,26-27; Mateo 13,24-43
16º Tiempo ordinario
23 de Julio de 2020


P. Chava, SVD
Dios se hace visible ante el ser humano en sus obras, toda su creación son huellas de su amor, de su poder y de su don de vida. Como Dios es nuestro creador, tiene compasión del ser humano, y toda su creación. Su  paciencia es infinita, y por tanto es un signo de su amor y de  su misericordia, pues espera que el pecador se arrepienta, que mejoré su vida, y opte por amar y respetar su vida como la de los demás. 

En el libro de sabiduría se insiste que no hay dios como nuestro Dios, porque su fuerza y su poder ejercen justicia en el mundo. Dios gobierna con rectitud, quien confía en Él no quedará defraudado, quien no teme a Dios será sometido a su poder, tarde o temprano. Pero Dios es el Señor de la misericordia pues busca la salvación del pecador y no su muerte, por eso da muchas oportunidades para que el ser humano se convierta y mejore su vida.   Por eso cantamos el salmo 85 “Tú, Señor, eres bueno y clemente”.

P. Chava, SVD
San Pablo escribe que el creyente poco o nada sabe sobre, lo que le conviene, según los planes de Dios. Por eso el Espíritu Santo, desciende sobre él y en esos momentos de duda y debilidad; le hace escudriñar su corazón para tomar decisiones que transformará su vida, pero sólo la persona que está atenta a los planes de Dios comprenderá este misterio.

En el evangelio Jesús habla en Parábolas sobre el Reino de Dios: un hombre que sembró buena semilla en el campo, pero surgio también la cizaña, creciendo la espiga con ella; tenemos también el grano de mostaza que a pesar de ser muy peño se convierte un arbusto muy grande; por último, la levadura que expande la masa de harina. Las tres Parábolas nos hablan del núcleo vital, del mensaje creador de Dios, que está oculto y guardado en lo sencillo y pequeño, pero en buenas circunstancias crece en gran tamaño, poder y fuerza, a tal grado que todos son afectados y beneficiados, del mensaje de salvación de Dios. Lo mismo hizo Jesús con las personas, que comenzó anunciar la Buena Noticia con unos cuantos discípulos y ahora son millones en el mundo los que creen en Dios, pero aún falta mucho por sembrar, para que dé fruto el Reino de Dios a nivel mundial.

P. Chava, SVD
¿Qué tan grande es nuestra paciencia? ¿Nuestra paciencia es del tamaño de una gota de agua, un vaso de agua, o un mar sin límites? Así es Dios con nosotros y su paciencia infinita, mostrando así su justicia, amor y misericordia a toda su creación. Reflexionemos juntos: Qué nada nos turbe, qué nada nos espante. Sólo Dios basta, pues quien confía en su misericordia del Señor, comprenderá, que teniendo a Dios de nuestro lado: “todo es posible, todo es creíble, nada nos detiene”. Porque donde hay pecado sobre abunda la gracia de Dios y su amor y paciencia infinita. Que sus bendiciones, recaigan en ti y toda la humanidad.

 P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino, Párroco in solidum de las unidades pastorales en Villatuerta, Oteiza, Noveleta, Grocin y Murillo, en Navarra, Diócesis de Pamplona, España.

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