Macabeos 7,1-2.9-14; Salmo 16; 2 Tesalonicenses 2,16–3,5; Lucas 20,27-38
10 de noviembre de 2019
P. Chava, SVD |
Seremos probados en la fe en especial: cuando nos
sintamos perseguidos o señalados por tener una fe y expresarla libremente en público.
Siempre nos encontraremos con personas que quieran derribar nuestra fe, pero nuestra
fidelidad a Dios hará de nosotros fieles testigos del amor de Dios en el mundo.
Encendiendo nuestra luz que es la fe en Dios, en medio de la oscuridad que el
mundo quiere provocar al apagar la fe de miles de personas.
En la primera lectura encontramos el testimonio de fe,
de los judíos que prefirieron ser torturados hasta la muerte antes que negar su
religión y sus tracciones por amor a Dios y su pueblo. Murieron con la convicción
en su fe, y sabiendo que Dios los resucitará, que el Señor reconocerá su
sacrificio. Por tanto, la sangre de los mártires es semilla de fe, para las
nuevas generaciones.
P. Chava, SVD |
En la Segunda lectura san Pablo, se dirige a la
comunidad de Tesalónica, y les dice que él reza a Dios, para que consuele sus corazones
y les dé fuerza para superar la maldad del ser humano. Al mismo tiempo san Pablo
les pide que ellos hagan lo mismo por él y por su comunidad de corintio. Pide a
Dios que dirija sus corazones hacia el amor de Dios y la paciencia en Cristo. Para así adoptar el ser de
Dios que es: amor y misericordia, lento a la cólera y rico en piedad.
En el evangelio
quieren poner una trampa a Jesús con un problema de tiene que ver con el
sacramento del matrimonio y con la ley del levirato, donde el nombre o apellido
del difunto debe continuar, en la descendencia, que son los hijos. Por eso le
presentan el hipotético caso de una mujer casada con siete hermanos, pero con
ninguno pudo dejar descendencia, es decir, no pudo tener hijos con ninguno de
los siete; pero las cuestiones son las siguientes: ¿hay vida después de la
muerte?, y si la hay, ¿ella con a quien pertenece, o mejor dicho, con quién está
realmente casada, si se casó con los siete hermanos? La respuesta de Jesús deja
sin palabras a los oyentes: el vinculo conyugal deja de existir en la vida
eterna, ya no hace falta estar casados. Jesús afirma con todas las letras, que,
si hay vida eterna, es más Jesús expresa que Dios es: un Dios de vivos y no de
muertos.
P. Chava, SVD |
Las lecturas
nos dicen la verdad, y nos hacen conscientes que el mal y la maldad del ser
humano existen; que las personas buenas tendrán que superar muchas pruebas en
la vida, pero con la ayuda de Dios todo es posible y superable, para ello es
recomendable la oración de intersección, pues Dios consolará y fortalecerá los
corazones de todos hijos que le piden ayuda. Con Dios de nuestro lado: nada es
imposible y todo se soporta en el Señor; es más, nos garantiza la vida eterna, y
ese mejor consuelo para todos los creyentes. Tener a Dios en esta vida y en la vida eterna.
P. Chava, SVD
|
P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino, Párroco in solidum de las
unidades pastorales en Villatuerta, Oteiza, Noveleta, Grocin y Murillo, en Navarra, Diócesis
de Pamplona, España.
No hay comentarios:
Publicar un comentario