CHAVA SOL:

19º del Tiempo Ordinario, Ciclo B

19º del Tiempo Ordinario, Ciclo B
1 Reyes 19,4-8; Salmo 33; Efesios 4,30–5,2; Juan 6,41-51
11 de agosto de 2024
P. Chava, SVD
Dios nos alimenta y nos de comer para que tengamos vida eterna. Las lecturas nos motivan a estar en comunión con Dios, desde la comida, y el arte de compartir la vida en los alimentos, y con esto seremos fieles a Dios.
 
En la primera lectura Elías, ya está cansado de huir está agotado de manera física y mental, desea morir, se recuesta y solo espera morir de hambre. Pero Dios le salva la vida, le manda un Ángel para que lo alimente durante dos días, luego Elías camina por cuarenta días más hasta que llegue al monte Horeb, el monte de Dios. 
P. Chava, SVD
En la segunda lectura Pablo pide que tengamos los mismos sentimientos que Jesús, como son el amar y perdonar, es decir, el donarse por amor a los demás. Porque muchos de las comunidades se odian y no se toleran ofendiéndose entre sí, por eso para buscar la armonía de Dios imitemos a Jesús.
 
En el Evangelio según san Juan, el Mesías hace el discurso eucarístico: Jesús refuerza la idea y la importancia de estar en comunión con Jesús, afirma que Él es pan bajado del cielo, quien como de ese pan vivirá para siempre. Por eso los cristianos insistimos en el sacramento de la eucaristía como el alimento celestial que nos da vida eterna y nos mantiene unidos a Jesús, pues nos alimentamos de su cuerpo.
P. Chava, SVD
 
Dios nos da vida con su mismo cuerpo, en este caso, con la eucarística que es sacramento para los cristianos. Que al comulgar a Cristo te llenes de fe, esperanza y amor, que seas capaz de vivir los mismos sentimientos de Jesús, que vivas para amar y servir. Dios te bendiga y rezo por ti.
 
P. Chava, SVD. Es Misionero del Verbo Divino. Párroco de la parroquia Nuestra Señora del Carmen, Diócesis Sevilla, España. 


 

18º del Tiempo Ordinario, Ciclo B, 2024

 
18º del Tiempo Ordinario, Ciclo B
Éxodo 16,2-4.12-15; Salmo 77; Efesios 4,17.20-24; Juan 6,24-35
4 de agosto de 2024
P. Chava, SVD

No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que viene de Dios. En las lecturas de hoy el alimento es el drama y trama del mensaje de Dios. Porque solamente el Señor nos da la vida, sólo Él es capaz de mantener nos con vida a lo largo del tiempo presente y el de la eternidad.

En la primera lectura en el Éxodo: Dios escucha, los gritos de desesperación, del pueblo de Israel por sentir hambre en el desierto. Era el preludio de su eminente muerte por falta de comida. Moisés actúa como intermediario, entre Dios y el pueblo, recibe las quejas del pueblo y las hace saber a Dios. El Señor responde con dos milagros: les da de comer la carne de las codornices y les da el maná, es decir, el pan caído del cielo. Calmando así el miedo a morir de hambre.
 
P. Chava, SVD

En la segunda lectura de la carta de san Pablo a los Efesios, pide que los nuevos cristianos renuncien a su pasado lleno de maldad; que dejen atrás su maldad; que se desnuden de esa maldad, de “ese viejo yo revestido de placer”, para revestirse de su nueva naturaleza que Dios les da, para que el cristiano actúe de forma recta y en la verdad de Señor, dejando atrás toda mancha de pecado que lo haga alejarse de Dios y de su comunidad.
 
En el evangelio según san Juan. La gente buscó a Jesús, hasta encontrarlo. Cristo da un discurso eucarístico, dice que no busquen el alimento que perece y que siempre les dará hambre después de comerlo; que busquen mejor el pan bajado del cielo. Para nosotros los cristianos, el pan bajado del cielo es el mismo Jesús, quien coma de él jamás tendrá hambre, quien beba su sangre nunca tendrá sed. Este pan lo encontramos actualmente en las Iglesias, en las celebraciones eucarísticas, y en el sagrario. Jesús se convirtió en el alimento que nos da vida eterna. A nosotros como cristianos nos toca reconocer que Jesús está vivo en la eucaristía, además creemos que es el enviado por Dios, para darnos vida eterna. “En esto consiste hacer las obras de Dios, aquí y ahora”.
 
P. Chava, SVD
Jesús danos siempre de este pan, que da la vida eterna, llénanos de tu amor, sácianos con tus dones, atiende a nuestras suplicas y ayúdanos en nuestras necesidades. Pero sobre todo danos tu verdad y haznos entender que no hay mayor alimento o bien en este mundo que hacer tu voluntad.  Qué al comulgar tu cuerpo en la eucaristía adquiramos la vida eterna como nos lo has prometido, y con esa fe nos alimentamos de tu cuerpo, Jesús.
 
P. Chava, SVD. Es Misionero del Verbo Divino. Párroco de la parroquia Nuestra Señora del Carmen, Diócesis Sevilla, España.  





 

17º del Tiempo Ordinario – Ciclo B

 
17º del Tiempo Ordinario – Ciclo B
Reyes 4,42-44; Salmo 144; Efesios 4,1-6; Juan 6,1-15
28 de julio de 2024

P. Chava, SVD

En el origen de la humanidad, el ser humano, se enfrenta al primer reto de su vida: “sobrevivir” con la ayuda de los suyos muchos lo consiguen, sin embargo, en el mundo en entero hay muchas personas que mueren de muchas causas, la más dolorosa y triste entre ellas de hambre. Por eso en las lecturas de hoy nos hablan de la sensibilidad de ayudar a quien pasa hambre.
 
En la primera lectura el profeta Eliseo ve con fe como alimentar al pueblo que pasaba hambre ellos eran más de cien personas. Eliseo ordena dar el pan de las primicias, que eran veinte panes de cebada y grano reciente en la alforja. Porque así dice el Señor: Comerán y sobrará, y así fue. La providencia de Dios multiplica los bienes materiales, para que todos coman y no pasen hambre. Confiemos en el Señor como dice el Salmo 144 “Abres tú la mano, Señor, y nos sacias”.

P. Chava, SVD
San Pablo, nos recuerda nuestro llamado a ser cristianos que nos tratemos con amor y amabilidad, en una corrección fraternal, manteniendo la unidad en el Espíritu Santo y con comunión de un solo bautismo, una sola fe, un solo Dios. Pues entre más unidos como cristianos estemos, más patente hacemos el amor Dios en el mundo.
 
En el Evangelio, Jesús da de comer a más de cinco mil personas con la ayuda de sus discípulos Andrés y Pedro, que encontraron la generosidad de un joven que tenía cinco panes y dos peces y ese compartir fue el inicio del milagro. En nuestras vidas Jesús pide lo mismo que demos de comer a quienes tenemos cerca, con la ayuda y cooperación de todos.  
P. Chava, SVD
En un mundo donde hay más producción de comida, pero hay una mala distribución de los bienes en especial de la comida, donde muchas veces se tira la comida porque caduca, o lo peor porque conviene tirarla para así tener mayor valor económico de algunos productos porque son más escasos. Dios con su misericordia se apiada de sus hijos, quiere que todos se amen y se ayuden es especial cuando pasan hambre. Además en la eucarística descubrimos nuestra unión como Iglesia, y alimentados por Jesús con su cuerpo salimos fortalecidos para anuncia la Buena  Noticia, y hacer posible justicia al dar de comer al hambriento.
 
P. Chava, SVD. Es Misionero del Verbo Divino. Párroco de la parroquia Nuestra Señora del Carmen, Diócesis Sevilla, España.  



16º del TO - Ciclo B

 16º del TO - Ciclo B
Jeremías 23,1-6; Salmo 22; Efesios 2,13-18; Marcos 6,30-34
21 de julio de 2024
 
 
P. Chava, SVD
 
El Pastor, es el que cuida, alimenta, sana, defiende, ayuda y da seguridad a sus ovejas; en general el pastor es el trabajador que dedica su vida a unos seres indefensos; el pastor es la metáfora que usa Dios para designar a los líderes religiosos, que guiaran aun pueblo con hambre de Dios.
 
En la primera lectura el profeta Jeremías, hace una gran crítica a los líderes religiosos y civiles que han descuidado al pueblo, por eso Dios tomará de nuevo la iniciativa de guiar al pueblo de Israel con rectitud, les pondrá nuevos pastores que los cuiden, ya no tendrán miedo ni se perderán. Por otra parte, Jeremías recuerda la promesa del reinado del descendiente del Rey David. Los cristianos reconocemos a Jesús como al hijo de esta promesa de Dios. La promesa del reinado sostendrá al pueblo de Israel en la adversidad.
P. Chava, SVD
 
En la segunda lectura san Pablo, dice a los efesios que en Cristo hay una nueva unidad de dos pueblos, rompiendo así el muro que divida los judíos y de los gentiles, lo que tenían en común era la fe en Cristo. Jesús con la muerte en la cruz, y dejando el memorial en la eucaristía con su cuerpo y su sangre, nos une a todos los cristianos y hace de muchos pueblos un solo pueblo, el pueblo escogido por Dios. Nos trae así la paz, entre nosotros, porque Cristo se ha vuelto el centro de nuestras vidas.
 
En el evangelio Jesús, educa a sus discípulos, está contento porque los discípulos van aprendiendo a sembrar el Reino de Dios, sin embargo, el trabajo los sobrepasa, por eso decide tomar un descanso lejos de la gente, pero la realidad es tan “dura”:  mucha gente tiene hambre de Dios, y anda como ovejas si pastor. Jesús los mira con ternura y los atiende, ese será el paradigma de cristiano, atender al necesito y hacerlo sin demora.
 
El pastor es el líder, pero para ser pastor no hace falta ser sabio y entendido, un pastor puede ser una persona sensible de la voluntad de Dios, capaz de entender su voluntad y ponerla en práctica, principalmente a la hora de cuidar al pueblo de Dios: dando de comer al hambriento, vestir al desnudo, hospedar al forastero, educar al ignorante, atender al enfermo, visitar a los presos, entre muchas otras cosas que Jesús nos recordará en el evangelio.
P. Chava, SVD
 
P. Chava, SVD. Es Misionero del Verbo Divino. Párroco de la parroquia Nuestra Señora del Carmen, Diócesis Sevilla, España.  



 

15º Tiempo Ordinario, Ciclo-BP. Chava

 
15º Tiempo Ordinario, Ciclo-B
Amós 7,12-15; Salmo 84; Efesios 1,3-14; Marcos 6,7-13
14 de julio de 2024

P. Chava, SVD

La llamada vocacional que Dios hace sus elegidos, se hace con plena libertad de cada persona que es convocada, pues en todo momento tiene la capacidad de responder “con un sí o con un no”, a tal llamado del Señor. Por otro lado, no hay que tener miedo a la llamada Dios, pues Él capacita a todos sus elegidos, porque el poder de Dios está presente incluso en la debilidad y fragilidad del ser humano.  Porque Dios es quien toma la iniciativa, es quien escoge y decide con quien quiere gobernar, organizar, acompañar a su pueblo, de forma libre y espontanea. 
 
En la primera lectura, el profeta Amós, se definió como el verdadero profeta, frente a los falsos profetas de aquella época (porque ellos eran patrocinados por las elites de poder). Fue Dios quien llamó a Amos, él apenas era un pastor y cultivador de higos, y sin embargo el Señor, lo pone como su profeta en medio del pueblo de Israel. Amós es ya amonestado por predicar la Palabra de Dios, en el Templo, en protesta argumenta que su vocación es auténtica como profeta.  
P. Chava, SVD

En la segunda lectura san Pablo, explica que somos hijos de Dios por mediación de Jesús, al unirnos a él y a su mensaje de salvación nos incorporamos en el plan salvífico de Dios para toda su creación, de Dios venimos a Él iremos, y es Jesús el que recapitulara todo, por eso debemos unirnos a Él. 
 
En el evangelio Jesús, como maestro confía en sus discípulos para que pongan práctica lo aprendido, y comiencen hacer visible el Reino de Dios, sembrando la palabra de Dios, sus discípulos tenían que depender solo de Dios, y de la acogida de la palabra por parte de los pueblos evangelizados. Por eso Jesús les da unas condiciones: tienen que ir con lo mínimo, nunca acumular, y si depender de la gracia y providencia de Dios, para que sea el Señor mismo quien haga el trabajo en medio del pueblo de Dios, por eso los discípulos en nombre de Jesús y de Dios pueden predicar, sanar a los enfermos y expulsar el mal, con el poder de Dios.
P. Chava, SVD
 
La  palabra vocación, significa llamada, por eso los fieles creemos firmemente que la vocación viene de Dios, pues es Dios quien llama a sus elegidos, es Dios quien acompaña a su pueblo con sus profetas, sus ministros, sus catequistas, sus laicos, etc.; es Dios quien nos da la vocación y la misión que debemos cumplir según su voluntad, ya sea en nuestra tierra de origen (patria) o fuera de ella e inclusive muy lejos (en el extranjero); Es Dios quien capacita a su gente para que dé testimonio de palabra y obra; es Dios quien capacita a sus misioneros para evangelizar y los protege de todo mal; es Dios quien da autoridad para bendecir y santificar al pueblo por medio de sus elegidos.
 
P. Chava, SVD. Es Misionero del Verbo Divino. Párroco de la parroquia Nuestra Señora del Carmen, Diócesis Sevilla, España.  
 



14º Tiempo Ordinario, Ciclo-B

14º Tiempo Ordinario, Ciclo-B
Ezequiel 2,2-5; Salmo 122; 2 Corintios 12,7b-10; Marcos 6,1-6
7 de julio de 2024

P. Chava, SVD

El profeta por vocación es el mensajero de Dios, es el Señor que le da autoridad para hablar en su Nombre, el profeta es el sirviente de Dios, hasta entregar su vida, por tanto, es capaz de soportar todo dolor de persecución por causa del Señor. El profeta anuncia la Palabra de Dios y denuncia los pecados de las personas en general, por consiguiente, el profeta se convierte en la conciencia de Dios en medio del Pueblo del Señor.
 
En la primera lectura, Dios escoge a Ezequiel para que sea su profeta en medio del pueblo de Israel, que sea testigo de la presencia de Dios en medio de un pueblo rebelde, que muchas veces: “ignora o desafía de la voluntad del Señor, no cumpliendo la alianza de Dios y sus mandatos”, es decir, no le hace caso. El profeta será la conciencia que advertirá a las personas de los pecados y maldades que comete como pueblo escogido por el Señor. Porque Dios no quiere la muerte del pecador, sino que se arrepienta y cambie, en sentido general, el pueblo debe de reconocer su maldad después convertirse, para ser fiel a Dios y su alianza de salvación.
P. Chava, SVD
 
En la segunda lectura, san Pablo, está pasando por momentos muy difíciles, tiene mala salud, lo insultan y le persiguen, y mismo así, la fe Pablo, no decae sino al contario aumenta, pues su consuelo y su fortaleza es el señor Jesús, que le dice: que su “gracia” lo sostendrá en la tribulación. Pablo entiende, que su debilidad como hombre, le permite ser humilde, para confiar más en la fuerza del Señor, pues sabe que Dios lo protege y lo libra, de todos los males que le pudieran afectar, teniendo así una fe firme en el Señor.
 
En el evangelio según san Marcos: Jesús, experimenta el dicho popular: “nadie es profeta en su propia tierra”, porque la gente que lo conocen lo descalifican por venir de una familia humilde y sencilla, “sólo es un carpintero”, no tiene preparación aparente sobre las escrituras, para el pueblo Jesús no es importante en su comunidad, por eso no tienen fe en Él y por consiguiente Cristo no llega hacer ningún milagro en su comunidad de Nazaret.
 
Las lecturas de hoy, nos estimulan a oír la palabra de Dios, a entender e interpretar su mensaje del Señor, para poderlo vivir y poner en práctica en nuestras vidas. Pero esto, no es posible, sin que alguien nos hable de Dios: en la familia, en la Iglesia, en la comunidad, en la escuela, en el trabajo; en fin, Dios necesita todos los días de gente que asuma el reto de ser su profeta en medio del pueblo de Dios. ¿Y tú que haces para transmitir el mensaje de Dios?
P. Chava, SVD
 
P. Chava, SVD. Es Misionero del Verbo Divino. Párroco de la parroquia Nuestra Señora del Carmen, Diócesis Sevilla, España.