Miqueas 5,1-4; Salmo 79; Hebreos 10,5-10; Lucas 1,39-45
23 de Diciembre de 2018
P. Chava, SVD |
Miqueas es el profeta que predice el plan de Dios,
que su decencia surgirá en un pueblo unido al Rey David: “en Belén”, nacerá el
nuevo pastor que guiará al pueblo Dios para su destino, crear la gloria de
Dios. Por eso el pueblo reza el salmo 79 “Oh Dios, restáuranos, que brille tu rostro y nos
salve”.
En la carta a los Hebreos, nos explica de manera extraordinaria que Jesús hizo la voluntad del Padre; Jesús se ofrece así mismo como víctima para el sacrificio, y con su muerte espía los pecados de la humanidad, su muerte suprime a todo sacrificio, por eso nos salvamos en Cristo: porque su nacimiento y su muerte cambiará nuestras vidas para siempre.
En el evangelio, dos mujeres se saludan y se
abrazan con el cariño que las unen; son primas y ambas están embarazadas; ambas
tienen una gran misión de Dios, proteger y educar a los hijos que Dios destino
para convertir y salvar a la humanidad.
P. Chava, SVD |
El
valor de la vida ha venido a la baja, cuando no se valora la vida del ser
humano, pues muchas ocasiones tienen más valor el dinero u otros intereses que
la vida misma del ser humano. Por eso no debemos olvidar: que si ¡existimos!,
es porque nuestros padres o simplemente alguien confió en nosotros, en que
somos más valiosos que el mismo dinero, que no importando cuanta incertidumbre
nos pueda traer el futuro; siempre es bueno creer en Dios que todo va a salir
bien, confiemos pues en su voluntad y en su generosidad para sacar adelante a
tantas vidas que se conciben a diario, dando nuestro apoyo a tantas mujeres y
nuevos esposos; a tantos jóvenes que quieren ser mayores y optan en ser padres.
P. Chava, SVD |
María
(embarazada) se puso en camino y fue ayudar a su prima Isabel (que está
embarazada) para acompañarla en este tiempo tan especial, ambas darán a luz a
un hijo, ambas tienen la dicha de ser portadoras de vida, bendigamos a Dios por
el don inestimable de la vida, que el Señor bendiga y proteja a tantas madres
en el mundo y que tienen esta gran alegría, que pronto serán madres. También
remos por tantos niños que serán la alegría de sus familias. Como lo hizo
Isabel: Bendita Virgen María (Lucas 1, 42-45), madre de nuestro Señor
Jesucristo. ¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre!
Dichosa tú que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.
P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino, Vicario
de la Parroquia Nuestra Señora de Altagracia, Diócesis de Madrid, España.
No hay comentarios:
Publicar un comentario